Por RT
Aunque Europa puede sobrevivir al invierno con sus reservas de gas, lo peor vendrá durante la primavera, cuando llegue el momento de rellenarlas, dice Fatih Birol.
La crisis energética puede agravarse en 2023, después de que Europa agote sus reservas durante el invierno, afirmó Fatih Birol, el director ejecutivo de la Agencia Internacional de la Energía (AIE) en una entrevista para el medio finlandés YLE. Incluso después de la disminución del suministro de gas por el gasoducto Nord Stream 1, Europa consiguió llenar los tanques de almacenamiento hasta casi el 90% de su capacidad.
Los precios del gas también han bajado un poco. Sin embargo, este éxito podría ser de corta duración debido a la competencia entre países europeos para comprar el gas natural licuado. Para resolver el problema, Europa está considerando la posibilidad de limitar el precio del gas. Esta cuestión ha dividido en gran medida a los miembros de la UE porque algunos países creen que puede empeorar la situación.
«Con las reservas de gas hasta casi el 90%, Europa sobrevivirá al próximo invierno con solo algunos golpes, siempre que no haya sorpresas políticas o técnicas», dijo Fatih Birol. El problema, sin embargo, podría agravarse en febrero o marzo, cuando haya que volver a llenar los almacenes después de que el consumo durante el invierno haga disminuir las reservas hasta el 25 % o el 30 %, informa Reuters.
«Algunos grandes compradores [de gas] como China serán más fuertes en términos económicos. Importarán mucho gas natural y para los europeos no será fácil llenar los depósitos para el próximo invierno», admitió Fatih Birol. Según su predicción, Europa tendrá que prepararse para que el precio de la energía también sea alto el próximo año.
El peor escenario para la Unión Europea sucederá si sus países miembros empiezan a pensar solo en sí mismos en el momento que haya escasez de energía, cree el jefe de la AIE. Por el contrario, la mejor opción es que los países europeos respondan juntos a esta crisis.
Sin embargo, a pesar de su gravedad, la crisis en sí es un buen impulso para el desarrollo, afirma Birol. «Los próximos uno o dos años serán ciertamente difíciles. Pero al mismo tiempo, los Estados invierten enormes sumas en el fomento de las energías limpias», afirmó.
«Creo que nos encontramos en un punto de inflexión histórico. Se está produciendo un gran cambio en la política energética que nos llevará hacia un futuro más limpio y seguro», aseguró el director de la IEA.
También este lunes, la Agencia Internacional de la Energía informó que los Estados europeos se enfrentan a «riesgos sin precedentes» por lo que respecta las entregas de gas ruso, tras el corte de la mayoría de los flujos de los gasoductos.
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