Por Vicente Fuentes

Hay veces en la vida en la que tienes que ver un caso, quizá un incidente… o un suceso increíble que ocurrió hace muchos años y que debió ser fascinante, increíble, pero tienes muy poquitas pruebas para mostrarlo. Aun así, como investigador sabes cuando te ha llegado el día de ir con él, y verlo todo desde diferentes perspectivas. Y ahí observas todo de forma conjunta.

Me pasó con «las luces de Lubbock», un fenómeno de aparición de OVNIS que se repitió sin parar desde 1951 hasta 1955 en Texas, EE.UU. y que tuvo a las fuerzas armadas norteamericanas en jaque… básicamente porque no sabían exactamente lo que eran. Ya tenían la experiencia de los foo fighters y la «gran batalla de Los Angeles» de 1942, pero aquello se salía totalmente de todo lo conocido.

Formaciones enteras de luces a toda velocidad cruzando el estado con formas de pico que confundían a la población, la cual no tenía otro remedio que pensar que podían ser animales, aunque éstos jamás se mostrasen o volasen en flotillas de hasta 30 o 40 objetos como los que se veían en Lubbock.

Lo increíble, más allá de que el ejército por supuesto que se interesó en el tema, fue que en muchísimas ocasiones todos aquellos objetos voladores no identificados fueron contemplados por profesores de física de la Universidad de Texas, los cuales, jamás pudieron explicar los movimientos impresionantes que tenían esas luces, idénticos en forma además a los vistos en los círculos de las cosechas y en formación al incidente de las luces de Phoenix de 1997.

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