Por Kontrainfo
Alexandre Rothschild, presidente ejecutivo de Rothschild & Co, y descendiente de la familia bancaria tricentenaria, admitió que planea hacer negocio con los fondos que Occidente desembolsará para la reconstrucción de Ucrania, por un monto cercano a los U$S 750.000 millones.
En la entrevista, publicada este jueves, Rothschild fue contactado a través de su amigo, el intelectual globalista Jacques Attali, que fue a su vez engañado por dos actores rusos Vladímir Kuznetsov y Alexéi Stoliarov, que se hicieron pasar por el presidente de Ucrania, Vladímir Zelensky.
En ese contexto, el banquero reconoció que su compañía lleva actuando “en interés” del Gobierno de Ucrania desde 2017 y calificó sus relaciones con Kiev de “fantásticas”. Asimismo, señaló que la energía, la construcción de viviendas y la logística son algunos sectores en los que se planean inyectar fondos occidentales con el fin declarado de reconstruir Ucrania.
“Usted ha expresado la necesidad de financiar la reconstrucción con más de 750.000 millones de dólares a partir de 2023 para un periodo de unos diez años, y esto es bastante adecuado. Y creo que tenemos que definir el orden correcto de participación, entender cómo asegurarnos de que todos los actores participan en el programa. […] Este es el perfil de nuestro trabajo, tenemos los conocimientos pertinentes”, remarcó Rothschild.
Por otra parte, el magnate enfatizó que Occidente debería seguir con la imposición de las sanciones antirrusas, porque, según opinó, “es la única manera de ejercer mucha presión”, lo que “con suerte crearía cierta división entre [el presidente ruso Vladímir] Putin y una serie de figuras clave en Rusia”.
Aseguró que actualmente su familia no tiene lazos económicos con los Rockefeller: “Creo que hace mucho podría haber algunos vínculos históricos en los tiempos de la Guerra Fría, cuando la familia vivía en EE.UU., pero a día de hoy no hay ninguno”, dijo.
Cuando fue consultado sobre la existencia de un gobierno global en la sombra, del que se suele acusar a su familia de ser parte, respondió con una sonrisa: “Es una exageración”.
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