Por RT
El estudio, realizado por una fundación de George Soros, se llevó a cabo en 30 países de diversas regiones.
Los jóvenes creen cada vez más que la democracia no es capaz de aportar soluciones a los problemas que más los afectan, según una encuesta realizada en una treintena de países de diversas regiones y con distintos sistemas políticos.
Los resultados del amplio estudio, que entre entre mayo y julio de este año consultó a más de 36.000 personas por cuenta de Open Society Foundations (OSF), del magnate George Soros, indican que aunque la democracia sigue siendo la opción preferida para la gran mayoría de los encuestados, sólo 57 % del grupo de edad de 18 a 35 años la considera preferible a otros medios de gobernanza. Entre las personas de edad mayor, esta postura es compartida por el 71 %.
Así, 35% de los jóvenes creen que tener un «líder fuerte», aunque no celebre elecciones ni consulte a las legislaturas, es una «buena forma de dirigir un país». En el mismo grupo de edad, 42 se mostró partidario de un gobierno militar, opinión compartida por 20% de los encuestados de 56 años y más.
Sin embargo, la encuesta también evidenció una preocupación abrumadora (de entre 85% y 95%), en todos los grupos de edad y niveles de renta, con respecto a una serie de temas. En particular, rechazaron que los gobiernos infrinjan los derechos de las personas en función de su apariencia, religión, identidad sexual o de género.
La pobreza, la desigualdad y la crisis climática también figuran, en su parecer, entre los problemas más apremiantes a los que se enfrenta la gente hoy en día. Al mismo tiempo, más de la mitad (53 %) afirma sentir que su país va en la dirección equivocada. Alrededor de un tercio también indicó que creía que los políticos no trabajan en beneficio de sus electores.
«Nuestros resultados son a la vez aleccionadores y alarmantes«, declaró el presidente de OSF, Mark Malloch Brown, acerca de la encuesta, cuyos resultados se hicieron públicos el lunes. «La gente de todo el mundo sigue queriendo creer en la democracia pero, generación tras generación, esa fe se desvanece a medida que crecen las dudas sobre su capacidad para aportar cambios concretos a sus vidas».
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