Por RT
Tales capacidades podrían conducir a «resultados muy extraños», según el CEO de OpenAI.
Los sistemas de inteligencia artificial (IA) podrían llegar a ser capaces de una «persuasión sobrehumana», ha advertido Sam Altman, CEO de OpenAI, una de las compañías más relevantes de esa industria.
«Espero que la IA sea capaz de una persuasión sobrehumana mucho antes de que sea sobrehumana en inteligencia general, lo que puede llevar a resultados muy extraños«, indicó el empresario en su cuenta de X la semana pasada.
Los comentarios de Altman se producen mientras sigue creciendo el temor a lo que podría llegar a ser capaz la IA en un futuro próximo, donde muchos especulan con que la tecnología podría alcanzar, e incluso superar, las funciones cognitivas de los seres humanos.
No obstante, algunos expertos creen que no hay necesidad de alarmarse ante los posibles «resultados extraños» que prevé el director general de OpenAI. «Existe una amenaza para la IA persuasiva, pero no para la forma de pensar de las personas. La IA no descubrirá ningún mensaje subliminal codificado que convierta a la gente en zombis descerebrados«, declaró Christopher Alexander, director de análisis de Pioneer Development Group, a Fox News.
«El aprendizaje automático y el reconocimiento de patrones harán que una IA llegue a ser muy buena identificando qué contenidos persuasivos funcionan, con qué frecuencia y en qué momento. Esto ya está ocurriendo con la publicidad digital«, agregó el experto.
«Una de las mayores amenazas»
El debate sobre las consecuencias del desarrollo acelerado de la IA sigue dando de que hablar entre los empresarios y cabezas de las grandes corporaciones tecnológicas. Esta semana, el magnate Elon Musk declaró que la inteligencia artificial representa «una de las mayores amenazas» para la humanidad.
«Por primera vez estamos en una situación en la que tenemos algo que será mucho más inteligente que el humano más inteligente», aseveró el multimillonario al intervenir en una reunión dedicada a la seguridad de la IA, que se celebró en el Reino Unido. «Para mí, no está claro si podemos controlar tal cosa, pero creo que podemos aspirar a guiarla en una dirección que sea beneficiosa para la humanidad», añadió.
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