Por RT

El comisario europeo de Asuntos Económicos y Monetarios afirmó que se trata de un año «difícil» para la economía del bloque, en medio de tensiones geopolíticas que aumentan «la incertidumbre y los riesgos» para el crecimiento.

Diez países de la Unión Europea (UE) sufrirán recesión económica a finales de este año, según las Previsiones económicas de la Comisión Europea de otoño de 2023, presentadas este miércoles por el comisario europeo de Asuntos Económicos y Monetarios, Paolo Gentiloni.

«En conjunto, prevemos un crecimiento del PIB en 2023 del 0,6 %, tanto en la UE como en la zona euro. No obstante, diez Estados miembros registrarán un crecimiento negativo este año«, afirmó el alto funcionario. Según los datos, Estonia experimentará la mayor recesión económica en la UE, con una contracción del PIB del -2,6 %, seguida por Irlanda, con el -0,9 %, y Hungría, con el -0,7%. También se prevé que registren un crecimiento negativo Alemania, Austria, Luxemburgo, República Checa, Letonia, Lituania y Suecia.

Al mismo tiempo, los países del bloque se enfrentarán a altos niveles de inflación, que alcanzará el 17,2 % en Hungría, el 12,2 % en República Checa y el 11,1 % en Polonia. Además, se espera que solo ocho países de la UE logren una inflación menor al 5 %, entre ellos España, Países Bajos y Bélgica, con el nivel de inflación más bajo, del 2,4 %. Se prevé que la inflación general de la UE descienda del 6,5 % en 2023 al 3,5 % en 2024 y al 2,4 % en 2025.

La previsión de crecimiento del 0,6 % en el PIB de la UE es inferior en 0,2 puntos porcentuales a la cifra prevista en verano y en 0,4 puntos porcentuales a la de primavera. Según el pronóstico, el crecimiento económico europeo llegará al 1,3 % en 2024 y al 1,5 % en 2025. «El PIB real apenas creció en los tres primeros trimestres de este año. En los próximos trimestres, sin embargo, se espera que el crecimiento repunte ligeramente a medida que el consumo se recupere gracias al aumento de los salarios reales y la inversión siga siendo favorable», indicó Gentiloni.

«Nos acercamos al final de un año difícil para la economía de la UE, en el que el crecimiento se ha ralentizado más de lo previsto. Las fuertes presiones sobre los precios y el endurecimiento monetario necesario para contenerlos, así como la debilidad de la demanda mundial, han pasado factura a hogares y empresas», indicó el comisario europeo, agregando que «el aumento de las tensiones geopolíticas incrementó aún más la incertidumbre y los riesgos, empañando las perspectivas».

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