Por Mundo Esotérico y Paranormal
Sin duda alguna uno de los misterios religiosos más controvertidos de la historia son los estigmas, marcas o señales que aparecen de forma espontánea en el cuerpo de algunas personas. Aquellos que tienen estigmas exhiben heridas que al parecer representan a las que Jesús sufrió durante su crucifixión. Las heridas suelen aparecer en las manos y los pies del estigmático (como por las puntas de crucifixión) y también a veces en el costado (como una lanza) y en la línea del cabello (como de una corona de espinas).
Junto con la posesión y el exorcismo, los estigmas es un fenómeno ampliamente investigados por la medicina, y no es difícil ver el por qué: las heridas sangrientas que se abren misteriosa y espontáneamente son aterradoras, descartando por completo que sean autoinfligidas. Sin embargo, los estigmáticos no consideran su aflicción como una amenaza sino como una bendición milagrosa, una señal de que han sido especialmente elegidos por Dios para enviar un mensaje a la humanidad.
Curiosamente, no se conocen casos de estigmas durante los primeros 1.200 años después de la muerte de Jesús, aunque esto no quiere decir que no haya habido. La primera persona que sufrió estigmas fue San Francisco de Asís (1182-1226), y a partir de entonces ha habido docenas de casos a lo largo de la historia, la mayoría mujeres. Y no sabemos si este es el caso, pero ahora una niña de 11 años que llora sangre ha conmocionado a los médicos.
Lágrimas de sangre
Para una madre en la India, descubrir lágrimas de sangre corriendo por la cara de su hija se ha convertido en una experiencia realmente aterradora. Un reciente estudio realizado por oftalmólogos del instituto médico All India Institutes of Medical Sciences (AIIMS) en Nueva Delhi detalla el extraño e increíblemente raro fenómeno médico conocido como hemolacria en una niña de 11 años.
Según la madre de la niña, los episodios de lágrimas sangrientas se habían producido diariamente durante la semana anterior. Sin dolor ni emoción intensa, las lágrimas rojas de repente caen por las mejillas del niño durante varios minutos, dos o tres veces al día.
“Tengo miedo por la salud de mi hija”, dijo la madre, que ha querido permanecer en el anonimato, a los médicos que estudian el caso de su hija. “La sangre que sale de sus ojos es horrible. Espero que no haya episodios similares en el futuro.”
El instituto médico realizó varias pruebas para encontrar la causa, sin éxito hasta el momento. La paciente no tenía antecedentes de traumas o enfermedades previas. Sus glándulas lagrimales parecían estar intactas, sus resultados de sangre eran claros y, aparte de las células sanguíneas, los fluidos emitidos por sus conductos lagrimales no eran inusuales. Los oftalmólogos no pudieron encontrar una sola pista que pudiera ayudarlos a comprender el caso. Aún así, mientras está bajo observación durante los próximos días, la niña continuará llorando lágrimas de sangre.
Aunque se trata de un caso realmente extraño, esta no es la primera vez que los médicos se encuentran algo parecido. Hace diez años, National Geographic documentó un caso similar en una niña india de 14 años llamada Twinkle Dwivedi, cuya condición fue considerada como un engaño de la madre. En 2019, un estudio médico describió un caso de hemolacria similar al de la India, en una niña de 16 años ingresada en un hospital en Bangladesh.
Pero la condición no se limita únicamente a un género. Hace apenas dos años, un hombre de mediana edad apareció en la sala de urgencias de un hospital italiano con sangre brotando de sus ojos. En ese caso, los médicos consideraron que una posible causa era padecía hiperemia conjuntival, un ligero exceso de sangre en la membrana que cubre su globo ocular.
Los médicos consideran que hay muchas otras condiciones de salud que también podrían ayudar a explicar las lágrimas de sangre, como la hemofilia, la enfermedad de la coagulación de la sangre o el síndrome de Osler-Weber-Rendu del trastorno de los vasos sanguíneos. Algunos medicamentos también pueden hacer que la sangre se filtre hacia las glándulas lagrimales; y, por supuesto, también consideran la posibilidad de que sea un engaño.
Desafortunadamente, en el caso de esta pobre niña de 11 años y su madre, ninguna de estas explicaciones sirve. Su diagnóstico de hemolacria sigue siendo ‘idiopático’ (de causa desconocida), lo que más o menos significa que es de origen misterioso.
Esto nos abre la posibilidad a que se trate de estigmas, señales divinas que aparecen en el cuerpo de algunas personas. Ahora bien, si damos por buen la teoría de los estigmas, ¿se trata de un mensaje para la humanidad?
¿Qué opinas sobre la misteriosa condición de esta niña? ¿Tiene una explicación medica? ¿O tal vez sean estigmas?
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