Por RT
El exoplaneta HD106906 b fue descubierto en 2013 con el Telescopio Gigante de Magallanes, en el Observatorio Las Campanas, ubicado en el desierto de Atacama, Chile.
Aunque todos los planetas de nuestro Sistema Solar han sido visitados por naves espaciales durante casi los últimos 60 años, su frontera exterior, más allá de Neptuno, apenas fue explorada. Allí existe evidencia circunstancial de que podría alojarse un planeta de cinco veces la masa de la Tierra, denominado Planeta Nueve. De ser real, este se mueve a lo largo de una órbita muy amplia que lo ubicaría 800 veces más lejos del Sol que la Tierra.
Los astrónomos que analizan las imágenes del Hubble han descubierto un planeta de unas 11 veces la masa de Júpiter llamado HD106906 b, que ocupa una órbita extraña alrededor de una estrella doble a 336 años luz de distancia. Este hallazgo es una evidencia observacional de que pueden existir mundos igualmente lejanos alrededor de otras estrellas. En particular, podría confirmar la existencia del Planeta Nueve, según un nuevo estudio publicado en The Astronomical Journal.
Una órbita de 15.000 años de duración
El exoplaneta HD106906 b fue descubierto en 2013 con el Telescopio Gigante de Magallanes, en el Observatorio Las Campanas, ubicado en el desierto chileno de Atacama. Sin embargo, los astrónomos no sabían nada sobre la órbita del mismo. Esto requería algo que solo el telescopio espacial Hubble podía hacer: recolectar medidas muy precisas del movimiento del objeto durante 14 años con extraordinaria precisión.
El HD106906 b reside extremadamente lejos de su par de estrellas jóvenes y brillantes, a más de 730 veces la distancia de la Tierra al Sol. Esta amplia separación hizo que fuera muy difícil determinar la órbita de 15.000 años de duración en un lapso de tiempo tan corto de observaciones del Hubble. El planeta avanza muy lentamente a lo largo de su órbita, dada la débil atracción gravitacional de sus estrellas madres muy distantes.
El equipo del Hubble detrás de este descubrimiento se sorprendió al confirmar que ese mundo remoto posee una órbita extrema que es muy inclinada, alargada y externa, con un disco polvoriento de escombros que rodea a las estrellas gemelas anfitrionas del exoplaneta. El disco de escombros en sí es muy extraordinario, quizás debido al tirón gravitacional del planeta.
¿Cómo llegó a una órbita tan distante?
La teoría predominante para explicar cómo llegó el exoplaneta a una órbita tan distante y extrañamente inclinada es que se formó mucho más cerca de sus estrellas, aproximadamente tres veces la distancia que separa a la Tierra del Sol. Sin embargo, el arrastre dentro del disco de gas del sistema hizo que la órbita del planeta decayera, lo que lo obligó a migrar hacia adentro, hacia sus anfitriones estelares.
Las fuerzas gravitacionales de las estrellas gemelas giratorias lo empujaron hacia una órbita excéntrica que casi lo arrojó fuera del sistema y al vacío del espacio interestelar. Luego, una estrella pasó muy cerca de este sistema, estabilizando la órbita del exoplaneta y evitando que abandonara su sistema de origen.
«Una máquina del tiempo para nuestro Sistema Solar»
Este escenario para explicar la extraña órbita del planeta HD106906 b es similar en algunos aspectos a lo que pudo haber causado que el hipotético Planeta Nueve terminara en los confines de nuestro propio Sistema Solar, más allá del Cinturón de Kuiper. El Planeta Nueve podría haberse formado en el Sistema Solar interior y luego haber sido expulsado por interacciones con Júpiter.
«Es como si tuviéramos una máquina del tiempo para nuestro propio Sistema Solar, que se remonta a 4.600 millones de años, para ver lo que pudo haber sucedido cuando nuestro joven Sistema Solar estaba dinámicamente activo y todo estaba siendo empujado y reorganizado», explicó Paul Kalas, miembro del equipo de la Universidad de Berkeley (California).
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