Por Alerta Digital
RC.- 1. No es una vacuna. Una vacuna, por definición, provee inmunidad a una enfermedad. Esto no provee inmunidad a nada. En el mejor de los escenarios, meramente reduce las chances de agarrar el caso más severo si el virus lo atrapa a uno. Por lo tanto, es un tratamiento médico, no una vacuna. No quiero someterme a un tratamiento médico por una enfermedad que no tengo.
2. Las compañías farmacéuticas, los políticos, el establishment médico y los medios de comunicación han unido fuerzas para, universalmente, llamar a esto una vacuna cuando no lo es, con la intención de manipular a las personas a sentirse más seguras con el fin de que lleven a cabo un tratamiento médico. Porque llaman a engaño, no confío en ellos y no quiero tener nada que ver con un tratamiento médico.
3. Los beneficios presuntos de este tratamiento médico son mínimos y no durarán demasiado, de todos modos. El establishment lo reconoce, y ya está hablando de inyecciones adicionales y un número creciente de nuevas «vacunas» que serán requeridas en forma regular. Me niego a convertirme en un paciente crónico que recibe inyecciones de nuevos fármacos en forma regular simplemente para reducir mis chances de contagiarme un caso severo de un virus de los cuales esas inyecciones ni siquiera me previene.
4. Puedo reducir mis posibilidades de adquirir un caso severo del virus si fortalezco mi sistema inmunológico naturalmente. En el evento que adquiera el virus, hay vitaminas y drogas ya establecidas con excelentes resultados para controlar la enfermedad, sin los riesgos y los puntos desconocidos de este tratamiento médico.
5. El establishment insiste en que este tratamiento médico es seguro. No pueden saberlo porque los efectos de largo plazo son enteramente desconocidos, y no serán conocidos por muchos años. Pueden especular de que es seguro, pero es falso de parte de ellos alegarlo ya que no pueden saberlo. Porque ellos sí están siendo falsos, no confío en ellos y no quiero parte alguna en su tratamiento.
6. Las compañías farmacéuticas tiene cero responsabilidad si algo sale mal y no pueden ser demandadas judicialmente. Lo mismo ocurre con los políticos que están presionando este tratamiento. No me voy a inyectar con un nuevo procedimiento médico experimental cuando la gente detrás del mismo no acepta responsabilidad por si algo sale mal. Y no arriesgaré mi salud y mi vida cuando ellos se niegan a asumir riesgo alguno. No estoy interesado en ser un conejillo de indias o de donar mi cuerpo a la ciencia.
7. España estuvo de acuerdo en compartir todos los datos médicos de sus ciudadanos con compañías farmacéuticas extranjeras como parte fundamental de su acuerdo para recibir este tratamiento. Nunca consentí en que mis datos médicos personales puedan ser compartidos con ninguna entidad semejante, ni nunca me preguntaron. No voy a contribuir con esta sórdida empresa.
8. Los ejecutivos y miembros del directorio de Pfizer han hecho público y en registros [on record] de que no han recibido su propio tratamiento, a pesar de la fanfarria y garantías. Sostienen que consideran «injusto» no respetar los órdenes de prioridad. Es una excusa absurda, y requiere una verdadera cara de piedra decir algo semejante. Esa «prioridad» existe solo en su imaginación: Si ellos toman un par de inyecciones para ellos mismos nadie les criticaría. Es más, multimillonarios con jets privados e islas privadas no son conocidos por hacer la cola mientras millones de personas de a pie alrededor del mundo reciben cualquier cosas que esos multimillonarios quieran para sí.
9. Los medios de comunicación del establishment aceptan esta excusa ridícula sin cuestionar ni mostrar preocupación. Es más, elogian a los ejecutivos de Pfizer por su supuesto autosacrificio en no seguir su propio tratamiento experimental hasta que nosotros lo probemos primero. Desde el momento en que ellos nos consideran tan idiotas, yo no confío en ellos y no quiero su nuevo tratamiento. Ellos pueden quedarse con mi lugar en la cola. Yo me voy al final de la cola.
10. Tres hechos deben ser puestos en línea: – Bill Gates están pregonando que estas vacunas son esenciales para la supervivencia de la raza humana. – Bill Gates cree que en el mundo viven demasiadas personas y necesita ser «despoblacionado». – Bill Gates, tal vez el hombre más rico del mundo, tampoco ha recibido la inyección. No hay apuro. Uh, no. Paso cualquier tratamiento médico que él no quiera tomar.
11. El establishment ha celebrado homogéneamente este tratamiento. Los políticos y los medios de comunicación urgen a las personas a iniciar el tratamiento como una obligación cívica y moral. Los beneficios del tratamiento son grandemente exagerados, los riesgos ignorados, y lo desconocido se deja de lado. Porque ellos están actuando en forma engañosa y manipuladora. No voy a apostar mi bienestar personal a su integridad moral.
12. Hay una intensa campaña de propaganda para que la gente siga este tratamiento. Políticos y celebridades se toman selfies mientras reciben la inyección (tal vez en algunos casos pretendiendo ser inyectados), los medios hacen de caja de resonancia como que esto es lo más inteligente, piola, feliz y divertida cosa para hacer. No es lo apropiado para ningún tratamiento médico, menos si es uno nuevo y hace que yo me retraiga.
13. Las masas siguen en la cola, intercambiando fotos o de ellos mismos siendo inyectados con la droga, alimentando la presión a sus pares para que hagan lo mismo. Hay algo alarmante y enfermo en esto y no quiero tomar parte en esto. Nunca tomé drogas porque «todo el mundo lo hace» y está de moda. Ciertamente no voy a empezar ahora.
14. Aquellos que expresan su preocupación sobre este tratamiento médico son insultados, arrinconados, burlados, censurados, llevados al ostracismo, amenazados o echados de sus trabajos. Esto incluye profesionales médicos que tienen prevenciones científicas sobre la droga y personal paramédico que ha sido testigo de reacciones adversas -incluso la muerte- de personas a su cargo luego de haber sido inyectados. Cuando el establishment purga a la gente buena que arriesga todo simplemente para expresar sus preocupaciones sobre un tratamiento médico nuevo -aún en los casos en que no se oponen al mismo abiertamente- confío más en esa gente valiente que en el establishment. Siempre. No puedo pensar en ningún caso similar en la historia en el cual la verdad y la moral hayan estado del lado del establishment.
15. Este es el mayor experimento médico en la historia de la Humanidad.
16. A propósito no se presenta como el mayor experimento histórico de la historia de la especie humana y el hecho de que es un experimento médico es severamente disimulado.
17. Si hubieran sido honestos con las masas, muy pocos habrían aceptado participar en dicho experimento. Manipulan a las masas para participar en un experimento médico bajo falsas pretensiones violatorias de las bases de la ética médica y de las leyes de la democracia. No permitiré que personas sin ética que participan en tales conductas me inyecten algo.
18. El establishment médico no informa a la gente nada de todo esto. Se han convertido en agentes de marketing para una droga experimental, al servicio de compañías gigantes y políticos que han hecho acuerdos con ellos. Están en directo conflicto con el mandato que tienen de que su único interés es el bienestar de las personas a su cuidado. Como el establishment médico se ha vuelto corrupto, y no es más que una herramienta corporativa y política, no confío en una droga experimental que quieren con tanta pasión inyectarme.
19. Nos presionan de varias maneras para que nos inyectemos, lo que viola la ética médica y las bases de la sociedad democrática. La mejor manera de lograr que yo no haga algo es que me presionen para que lo haga.
20. El gobierno ha sellado un protocolo relacionado con el virus y el tratamiento por TREINTA AÑOS. Esta es información que el público tiene derecho a saber, y el gobierno tiene la responsabilidad de compartir. ¿Qué es lo que están cubriendo? ¿Realmente esperan que yo crea que ellos están preocupados en primer lugar en mi salud? La última vez que hicieron eso fue con el Affair de Niños de Yemen [The Yemenite Children Affair]. Si usted no está familiarizado, búsquelo. Ahora están recurriendo al mismo truco. No me engañaron la primera vez, y definitivamente no me están engañando ahora.
21. ¿El gobierno comparte mis datos médicos personales con corporaciones extranjeras pero no está dispuesto a compartir su propio protocolo sobre el tema con nosotros? Yo estoy fuera.
22. El establishment ha reclutado médicos, medios de comunicación y las masas para arengar a la gente que no quiere ser inyectada con la nueva droga. Nos dicen cosas horribles. Nos dicen que creemos en conspiraciones delirantes, de que estamos en contra de la ciencia, de que somos egoístas, de que somos asesinos, de que no queremos a nuestros mayores, de que es nuestra culpa de que el gobierno continúa imponiendo restricciones draconianas al público. Todo esto porque no queremos que nos inyecten con un tratamiento experimental, sin poder hacer preguntas. Nos dicen que tenemos una obligación religiosa a hacer esto, y que somos pecadores si no lo hacemos. Dicen que si no aceptamos ser inyectados debemos ser forzados a permanecer en nuestros hogares para siempre y forzarnos al ostracismo de la vida pública. Es horroroso, desagradable, una perversión al sentido común, a la moral y a la Torah. Hace que retroceda y cementa aún más mi desconfianza en estas personas y refuerza mi oposición a tomar la droga experimental. ¿Cómo se atreven?
23. Conozco a muchas personas que recibieron la inyección, pero ninguno de ellos estudió ciencias en profundidad, ni sopesaron cuidadosamente los beneficios contra los riesgos y decidieron que el tratamiento médico era la mejor opción para ellos. Por el contrario, recibieron la inyección por la presión mediática, la propaganda, la presión, el miedo, la confianza ciega en lo que la «mayoría de los expertos» supuestamente creen (asumiendo que ELLOS todos estudiaron todo en profundidad y en forma completamente objetiva, lo que es altamente dudoso), confianza ciega en lo que ciertos rabinos influyentes les urgen a hacer (ídem al caso anterior) o miedo histérico de que la única opción es ser inyectado o quedar seriamente enfermo por el virus. Cuando veo esta histeria masiva y una conducta de culto alrededor de un tratamiento médico, seré extremadamente suspicaz y lo evitaré.
24. Las compañías farmacéuticas han tenido una larga y gloriosa historia en masacres con drogas maravillosas que empujaron a poblaciones desprevenidas, aún luego de que tuvieran conocimiento de serios problemas. En lugar de apretar el botón de pausa y parar el marketing de esas drogas hasta que los problemas pudieran ser seriamente investigados, las compañías farmacéuticas hicieron todo lo posibles para suprimir la información y seguir distribuyendo sus productos. Cuando compañías y personas han demostrado semejante falta de preocupación por la vida humana, yo no confiaré en ellos cuando publicitan una nueva droga maravillosa. No es mi primer rodeo.
25. Es más, las historias de terror vienen a velocidad warp, pero los políticos no están preocupados en lo más mínimo, el establishment médico las deja de lado como no relacionadas o negligibles, los medios de comunicación lo ignoran, las compañías farmacéuticas avanzan a máxima velocidad y a aquellos que levantan banderas rojas se los amenaza, censura y castiga. Claramente mi vida y mi bienestar no son su principal preocupación. No seré su próximo conejillo de indias en su laboratorio. No arriesgaré ser la próxima «coincidencia».
26. Aunque algunas personas hayan muerto poco después de ser inyectadas -incluyendo gente joven y saludable- no se nos permite inferir que la inyección tenga algo que ver con eso. De alguna manera esto es la anti-ciencia y causará la muerte de más gente. Yo creo que denegar cualquier vínculo posible, atemorizando a la gente que especula de que puede haber una conexión, y no mostrando la más mínima curiosidad para ni siquiera explorar si ese vínculo pueda existir es la definición de anti-ciencia y puede muy bien ser la causa de que más gente muera. Esas mismas personas son las que creen que yo tengo la obligación de inyectarme. Gracias, pero no.
27. Me repugna la adoración religiosa propia de un culto a un producto farmacéutico y no participaré en ese ritual.
28. Mi proveedor de «salud» me presiona para que me inyecte mientras no me provee información sobre el tratamiento o sobre posibles alternativas. Todo lo que ´ lo aprendí por fuera del establishment. Información consentida se ha convertido en información amoldada. Declino.
29. Veo todas las mentiras, la corrupción, la propaganda, la manipulación, la censura, las amenazas, la violación a la ética médica, la falta de integridad en los procesos científicos, la histeria, la conducta propia de un culto, la ignorancia, la mentalidad cerrada, el miedo, la tiranía médica y política, el ocultamiento de los protocolos, la falta de sincera preocupación por la vida humana, la falta de respeto básico por los derechos humanos y las libertades, la colaboración del Vaticano, la perversión del sentido común, la demonización de la gente buena, el mayor experimento médico de todos los tiempos llevado a cabo por codicia, las personas sin dios y poco fiable, la falta de responsabilidad de aquellos que nos demandan que arriesguemos todo…Veo todo esto y he decidido de que ellos pueden ocupar mi lugar en la fila. Yo pongo mi confianza en Dios. Usaré la mente que Él me ha concedido y confiaré en mis instintos naturales. Lo que lleva a la razón final que resume por qué no quiero ser «vacunado».
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