Por Fabian Ommar / The Organic Prepper
Traducido por el equipo de Sott.net en español
En mi último artículo, traté de establecer la relación entre la economía y el SHTF (NdT: shit hits the fan,»la mierda choque con el ventilador», es decir, el día en que todo reviente) y proporcionar algunas ideas sobre algunas implicaciones que las instituciones y otros factores tienen en la determinación del resultado de los colapsos (económicos o de otro tipo). Ahora vamos a hablar de los asuntos prácticos del SHTF económico que se avecina.
Es hora de ver más sobre lo que viene y cómo prepararse para ello.
Todavía no ha pasado nada. ¿Por qué debería preocuparme?
Sé que mucha gente está cansada de oír que la economía se hundirá y que sufriremos las consecuencias durante años. Se burlan de mí todo el tiempo por hablar continuamente de un ajuste de cuentas de proporciones épicas. «Desde hace más de una década, y todavía no ha pasado nada», sigo escuchando.
¿Y mi respuesta a eso? «¡Incorrecto!»
En primer lugar, han pasado muchas cosas: la GFC (Crisis financiera global, por sus siglas en inglés) de 2008 fue la crisis financiera más grave desde la Gran Depresión. Millones de personas se arruinaron. Todavía hoy podemos sentir los reflejos de la misma. En segundo lugar (y quizás el más importante): la situación de la economía mundial se ha deteriorado significativamente desde entonces.
Algunos deben despertar, j*der, y abrir los ojos
Según Bloomberg, los informes estiman la deuda mundial en 281 billones de dólares. Y eso para finales de 2020. A pesar de la posibilidad de subestimación, eso ya es más del 350% del PIB mundial. Esperen, hay más: el año pasado, la Reserva Federal imprimió el 40% de todos los dólares estadounidenses actualmente en circulación. Ouch.
Con eso, pregunto, ¿cómo es que no ha pasado nada? ¿Se necesita un coeficiente intelectual de tres dígitos para ver las implicaciones?
Entonces, ¿quién dijo que ya hemos visto lo peor de esto? Sí, la gente despertará, de una manera u otra. Y qué sorpresa será. Muy pocos son conscientes, y menos aún se están preparando para lo que probablemente será un festival de sufrimiento.
Una alerta temprana no significa que la alerta sea errónea
Siempre hay algo que los gobiernos y las instituciones pueden hacer para seguir poniendo palos a la rueda. De hecho, desde principios de 2008 (incluso antes), los gobiernos han hecho precisamente eso a marchas forzadas.
A diferencia de los desastres naturales, los poderes fácticos pueden posponer artificialmente los SHTF económicos.
Sin embargo, no de forma indefinida.
En la práctica, esto significa que podemos seguir viviendo de prestado durante un tiempo. Pero en un momento dado, la realidad se impondrá y nos alcanzará. Mucha gente brillante cree que la realidad está por llegar.
Después de la batalla todos somos generales
Y es por eso que ser un prepper [NdT: El término prepper ha surgido en la actualidad para referirse internacionalmente a la persona o al grupo de ellas que se preparan para cualquier tipo de desastre] es una mentalidad. En 2018-2019 si alguien te dijera que el mundo entero se bloquearía durante meses gracias a un virus y nos engulliría a todos en esta locura en la que estamos ahora, ¿cómo habrías reaccionado?
Cuando digo que se avecinan días malos, no estoy hablando ni tratando de predecir el fin del mundo. Argumentar eso es una distorsión. Estar preparado no significa vivir en un búnker con una máscara de gas y toneladas de comida enlatada. La vida continúa, y deberíamos salir a vivirla mientras podamos.
Pero esto no es incompatible con estar preparado y consciente. No metas la maldita cabeza en la arena: utilízala en su lugar. ¿Es mejor llegar pronto y preparado, o llegar tarde y no estar preparado? Con todas las señales de advertencia parpadeando en rojo, la elección debería ser obvia.
Muchos en la comunidad prepper no ven una crisis financiera como algo sexy o impactante
Puede que el mundo de las finanzas y la economía se considere demasiado complejo, demasiado esotérico, demasiado corrupto -en resumen, demasiado lejano-, especialmente por un grupo consciente y pragmático como los preppers.
Además, las generaciones mayores y las más recientes han vivido con viento a favor durante las últimas dos o tres décadas, una situación excepcional proporcionada en gran medida por la impresión de dinero falso, el fuerte intervencionismo y los escandalosos rescates. Eso, sin duda, ha contribuido a ablandar y hacer complaciente a mucha gente.
No sé si esas son las razones o no. Es comprensible que la mayoría prefiera ocuparse de los aspectos prácticos de la preparación (también porque es más fácil). Pero la preparación tiene que ver con la planificación, la previsión, los ciclos de abundancia y escasez, el consumo racional de recursos, la resiliencia, etc. Así que, en esencia, la preparación (prepping) es economía.
Ahora, a lo que importa: prepararse para un colapso (SHTF) económico
Aquellos que consideran que las cosas son volátiles ahora no deberían esperar a que este tren desbocado golpee a la sociedad de frente. Cuando la gente se dé cuenta del tamaño y la profundidad del fraude y de que su riqueza, sus ahorros, sus pensiones y sus derechos están en peligro (o se han evaporado), reaccionará.
¿Qué tan grande será la tormenta? Ya lo veremos. Pero eso puede obligar a los gobiernos a tomar medidas aún más duras para contener la revuelta. Y si eso ocurre, la mecánica de acción-reacción podría significar tensiones y conflictos bilaterales cada vez mayores dentro de las sociedades (y posiblemente también externos).
Puede que pienses que soy pesimista. Sin embargo, vuelve a mirar la historia y saca tus propias conclusiones. Independientemente de lo que veas o del lugar en el que vivas, puedes hacer algo mejor que dar las cosas por sentadas. Es hora de permanecer alerta y activo, no alienado y complaciente.
Actúa ahora.
No esperes a que pase algo para empezar a investigar y aprender a vivir en un mundo con una economía totalmente diferente a la que hemos tenido durante los últimos 20 o 30 años.
Sé que esto parece un consejo prepping básico. Pero no se trata tanto de acumular alimentos o municiones, y más sobre no subestimar el golpe que supone vivir una vida más sencilla o más limitada puede tener en nosotros, o en nuestra psicología (y en la fisiología) de nuestros familiares y amigos.
En este sentido, Daisy ofrece una gran cantidad de consejos sobre cómo vivir frugalmente en muchos de sus libros y artículos. José es también una gran fuente de información y sabiduría sobre la vida cotidiana en una economía colapsada. Vuelve a sus escritos y presta atención a sus palabras. Es material procesable que puede proporcionar mucho sobre la preparación y la supervivencia durante los eventos económicos SHTF personales y colectivos.
Las crisis económicas profundas pueden durar mucho más que otros SHTF
Las catástrofes naturales o provocadas por el hombre pueden tener una resolución mucho más rápida, por lo que es más fácil prepararse para ellas en muchos sentidos. Las reservas y otros preparativos son buenos para estas situaciones y pueden aliviar el golpe de una crisis económica.
Pero las cosas no duran para siempre. Algunos preppers en Venezuela tenían comida almacenada para uno o dos años. En aquel momento, parecía mucho, y según cuentan, esto les ayudó a pasar la fase inicial. Pero el calvario dura ya veinte años. Piénsalo por un momento. Es toda una vida, y aún no ha terminado.
La mentalidad correcta es un maratón, no una carrera corta. Por ello, el equipo, las reservas y las herramientas son importantes, pero más a corto plazo: para proporcionar cierta comodidad, seguridad y confianza como forma de suavizar el golpe. A medio y largo plazo, especialmente en una recesión económica duradera, se requiere una mentalidad diferente.
Piensa en la preparación económica del SHTF de otras maneras.
La vida continúa. Está perfectamente bien que sigas disfrutando de tu estilo de vida actual. Sigue consumiendo y utilizando los productos y servicios que todavía están disponibles y que tu situación financiera te permite. Pero prepárate para bajar de nivel. Investiga, aprende, prueba, familiarízate y vive un tiempo utilizando marcas y opciones alternativas/bajas.
Mira cómo este cambio te afecta a ti y a tu familia. Sé que la mayoría de la gente puede adaptarse. Pero perder puede doler, y es mucho mejor cuando es voluntario, o sabemos cómo se siente. Este ejercicio puede facilitar la transición desde el punto de vista práctico y psicológico, y ahorrar mucho trabajo en caso de escasez, subida de precios o reducción de la variedad y la disponibilidad de los productos, cosas todas ellas habituales durante las recesiones económicas.
No subestimes la importancia de este tipo de preparación para sobrevivir a un colapso económico más duro. Sólo hay que ver el tsunami de enfermedades mentales y psicológicas derivadas de los cierres y toda la locura que estamos viviendo.
Invierte en herramientas
Este es un consejo más práctico. Reformar, reutilizar, reaprovechar, reciclar y reparar eran formas habituales de ahorrar dinero durante los años 70 y 80. La inflación es mayor en los artículos de primera necesidad y menor o incluso negativa en los productos y servicios menos esenciales. Estos son precisamente los que pueden ser objeto de bricolaje.
Instalar o reparar cosas en la casa o en el coche deja más para utilizar en otros bienes y necesidades o para ahorrar e invertir. También puedes generar ingresos haciendo esto. Las herramientas siguen siendo baratas, así que es buena idea tener preparado un buen juego junto con artículos complementarios como tornillos, cuchillas, PPE (Personal protective equipment) y otros productos no perecederos. (Aunque ahora no sepas cómo utilizarlos).
Tener una mentalidad de inflación
El día de la paga, mi padre nos llevaba a todos al supermercado para llenar hasta arriba los carros de la compra. Los productos no perecederos se compraban todos a la vez para guardarlos y racionarlos. También llenaba el depósito del coche y pagaba las facturas ese mismo día.
Era eso, o su sueldo se acababa mucho antes de que terminara el mes. Los precios subían a diario, a veces dos veces al día. Todo el mundo hizo lo mismo durante décadas hasta que el país pudo contener la inflación a mediados de los 90. ¿Le parece una locura? ¿Te imaginas vivir en un mundo así?
Tal vez debas hacerlo porque, aunque no hay forma de saber qué tipo de escenario tendremos esta vez, es necesario un tipo de mentalidad particular para navegar por una economía que cambia rápidamente y optimizar los recursos. Los escenarios de inflación, deflación o estanflación requieren un cambio: debemos pensar en términos de poder adquisitivo en lugar de asequibilidad cuando nos enfrentamos a un SHTF económico.
Juegos de guerra en los posibles escenarios
Piensa en las diferentes maneras en que un SHTF económico puede, directa e indirectamente, afectarte a ti y a tu familia. Considera las implicaciones para tu trabajo, carrera, ahorros, hipotecas, inversiones, pensiones, ingresos, asistencia sanitaria, todo.
Piense también en los cambios prácticos de la rutina diaria: cómo se verán afectados el transporte, el ocio y el entretenimiento, la seguridad, las compras y otras rutinas y necesidades (las suyas y las de su familia), tanto por los cambios en la economía, la sociedad, la política y su comunidad.
Haga lo anterior para planificar y poner en práctica los preparativos necesarios para proporcionar seguridad personal y del hogar, salud, estabilidad mental, etc.
Aquí hay una interesante lectura de Daisy allá por 2017 sobre Cómo sería una segunda guerra civil.
No olvides la pandemia
Sea cual sea tu opinión sobre todo el calvario de COVID-19, cosas como la evolución de los virus y las imposiciones gubernamentales, los cierres, los mandatos, las vacunas, etc., siguen siendo una amenaza y pueden agravar los problemas. Defiendo que cada uno debe ser libre de decidir cómo actuar, pero de cualquier manera, todos pueden verse afectados por las consecuencias y los cambios. Utiliza el sentido común y no te hagas el loco por nada.
Establecer planes a corto, medio y largo plazo
Hay que tener en cuenta que las recesiones económicas generacionales no se producen de repente. Puede haber choques y colapsos de diversas magnitudes con consecuencias más inmediatas y graves, pero las cosas suelen ocurrir en ciclos escalonados a través de auges y colapsos (como están ocurriendo ahora) mientras cabalgamos hacia el fondo.
A corto plazo significa tener preparativos (efectivo y provisiones) para hacer frente a cuentas congeladas, vacaciones bancarias, confiscaciones, brotes de malestar social, cosas así. El medio plazo puede incluir escasez, interrupciones, apagones y la decadencia y el fracaso general de los servicios públicos. Y a largo plazo, todos los efectos de la inflación agravados por el estancamiento o la disminución del crecimiento económico (estanflación) y todo lo que ello conlleva.
Algunas (¿muchas?) cosas no se pueden prever ni planificar
Y eso está bien. Hay que aceptar, no preocuparse y no estresarse. No te atasques en eso. Reflexiona, discute las posibilidades, toma nota de lo que puedes, y sigue adelante. Mantén la calma, sé positivo y abierto en lo que no puedas. Mantente móvil y ágil. Sigue mejorando. Y, sobre todo, aprende a aguantar los golpes y a adaptarte. Aprenda a decidir con rapidez y a actuar con celeridad. Nada de eso requiere habilidades especiales, y mucho menos equipo o reservas.
La hiperinflación es esencialmente un estado fallido
La inflación es una forma de fiscalidad, muy castigada e injusta. Lo más importante es que los altos niveles de inflación significan un Estado y una sociedad descompuestos, lo que tiene reflejos y ondas en todos los aspectos de la vida cotidiana.
Esperen una disminución de la inversión y el mantenimiento de las infraestructuras, un empeoramiento (o fracaso) de los servicios públicos y las necesidades, una reducción general de la calidad en todo lo público y lo privado. Y, por supuesto, toda la volatilidad social que sabemos que se producirá.
La falta de «Memoria de Crisis» puede empeorar las cosas
La mayoría de la gente hoy en día no tiene ni idea de lo que son cosas como la economía indexada, el control de los precios, y cómo el mercado y el gobierno responden a estas cosas (pista: escasez, retenciones, confiscaciones, precios abusivos, y todo tipo de estafas y trucos).
Ahora hay generaciones enteras que no recuerdan haber vivido en un entorno así. Estos temas no han estado en la mente de los individuos y del colectivo desde hace décadas.
¿Conducirá esto a errores, lecturas erróneas, malos juicios y llamadas equivocadas? Probablemente. El mercado ni siquiera está considerando la posibilidad de que se produzcan choques y cambios (todavía). Me temo que esto agravará las consecuencias del inminente desastre económico. Pero espero equivocarme. De hecho, no sólo sobre esto, sino sobre todo lo demás.
Reflexiones finales sobre un SHTF económico
Gran parte de lo que ocurre en la economía está relacionado con la psicología de las personas y del colectivo. Cuando las cosas van bien, y todo el mundo está contento, nos comportamos de una manera. Cuando las cosas van mal, y la gente está de mal humor, asustada o cabreada, nos comportamos de forma totalmente distinta en lo que respecta al dinero, al ahorro y a la vida cotidiana. Y esto acaba configurando el futuro, y la razón por la que es imposible predecirlo.
Las principales conclusiones son:
– Como ningún gobierno puede producir nada, como mucho, tienen el poder de empeorar las cosas. Al final, siempre es el pueblo el que paga el precio y tiene que hacer todos los sacrificios.
– Aunque este tipo de acontecimientos económicos importantes son terribles para la mayoría de la gente, también son excelentes oportunidades para quienes se preparan para ascender en la vida y seguir adelante.
– Así que ponte manos a la obra: sea cual sea tu situación, prepararte intelectual, mental y psicológicamente está a tu alcance. Estudia, culturízate en economía y finanzas si quieres. Como mínimo, no seas un «negacionista de la economía». Y, por supuesto, sigue trabajando en los preparativos materiales que consideres imprescindibles. Nadie te conoce mejor que tú mismo, así que apostar por nosotros mismos, pase lo que pase, es la mejor estrategia de todas.
¿Cómo te estás preparando?
¿Cree que estamos a punto de enfrentarnos a una crisis económica masiva? ¿Por qué o por qué no? ¿Cómo te estás preparando para un escenario de SHTF económico a largo plazo?
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