Por Mundo Esotérico y Paranormal
En 1950, el físico italoamericano Enrico Fermi se sentó a almorzar con algunos de sus colegas en el Laboratorio Nacional de Los Álamos, Nuevo México, donde había trabajado cinco años antes como parte del Proyecto Manhattan. Según varios relatos, la conversación se centró en los extraterrestres y la reciente avalancha de ovnis.
Sobre esto, Fermi emitió un comunicado que pasaría a los anales de la historia: “¿Dónde están los extraterrestres? Esto se convirtió en la base de la paradoja de Fermi, que se refiere a la disparidad entre las estimaciones de alta probabilidad de la existencia de inteligencia extraterrestre (ETI) y la aparente falta de evidencia.
Desde la época de Fermi, se han propuesto varias resoluciones a su pregunta, incluida la posibilidad de que todos estén escuchando, pero nadie esté transmitiendo, lo que también se conoce como la “Paradoja SETI”.
En la actualidad, los astrónomos están intentando enviar mensajes para que los puedan recibir civilizaciones de otros mundos, sin respuesta hasta el momento.
Pero también hay quien cree que la transmisión de la existencia de la humanidad al Universo podría tener graves consecuencias para la humanidad. Y tal vez, ahora estemos recibiendo algún tipo de señal de civilizaciones altamente avanzadas.
‘Ataque’ extraterrestre
Un grupo internacional de investigadores ha descubierto que se lanzaron más de 1.600 ráfagas rápidas de radio (FRB, por sus siglas en inglés) desde un objeto espacial conocido como FRB 121102 en un lapso de 47 días en 2019, más que todos los breves destellos de energía registrados combinados.
Los expertos, dirigidos por los Observatorios Astronómicos Nacionales de la Academia de Ciencias de China, descubrieron que se lanzaron 1.652 FRB entre el 29 de agosto y el 29 de octubre de 2019. Este grupo independiente de ráfagas se detectó durante un lapso de 59,5 horas.
La cadencia más alta durante la ráfaga vio un pico de 122 FRB en el lapso de una hora, la tasa más alta de cualquier FRB observado hasta ahora. Los FRB son pulsos de ondas de radio muy cortos pero muy intensos que pueden durar tan solo una milésima de segundo, mientras producen tanta energía como el sol en un año.
“La energía total de este conjunto de ráfagas ya suma hasta el 3.8% de lo que está disponible en un magnetar y no se encontró periodicidad entre 1 ms y 1000 s, lo cual limita severamente la posibilidad de que FRB 121102 provenga de un objeto compacto aislado”, dijo uno de los coautores del estudio, el Dr. Peng Wang, en un comunicado.
El descubrimiento de los investigadores se realizó utilizando el Radiotelescopio Esférico de Apertura de 500 Metros (FAST, por sus siglas en inglés). Fueron descubiertos por primera vez en 2007, pero sus orígenes siguen siendo desconocidos para los astrónomos.
El FRB 121102, que se descubrió en 2012, es uno de los pocos FRB que se sabe que tiene una señal de repetición. En agosto de 2020, los astrónomos confirmaron que se repite en un ciclo de 157 días.
Se cree que FRB 121102 está ubicado en una galaxia espiral enana, aproximadamente a 3 mil millones de años luz de la Tierra.
El origen de los FRB se desconoce y, aunque se ha postulado la vida inteligente como una posible explicación, es más probable que sea un fenómeno natural, tal vez una estrella de neutrones en rotación, un agujero negro o incluso una cuerda cósmica que quedó del Big Bang.
Pero el Dr. Peng Wang descarta la teoría de los magnetares, estrellas de neutrones altamente magnetizadas, porque la emisión de esta cantidad de energía probablemente la destruiría.
Otro detalle a tener en cuenta es que aunque otros astrónomos han determinado que FRB 121102 tiene un horario de 157 días, lo han descrito como “estacional”.
Solo un número menor de FRB se repite, y la mayoría de ellos tienen apariencias impredecibles. El primer FRB que se descubrió que se repite se conoce como FRB 180916.J0158+65, que tiene un ciclo de 16 días.
Los FRB, descritos como ‘señales breves y misteriosas’, se han detectado en varias partes distantes del universo, así como en nuestra propia galaxia. El nuevo estudio ha sido publicado en la revista científica Nature.
En junio, los astrónomos anunciaron que el gran radiotelescopio estacionario CHIME, situado en la Columbia Británica, Canadá, descubrió más de 500 FRB en su primer año de funcionamiento, lo que en ese momento cuadruplicó el número descubierto. Los FRB se descubrieron inicialmente en 2007, pero no está claro cuál es su origen o qué los causa.
¿Los extraterrestres están provocando ráfagas de radio rápidas?
Si bien la especulación fundamentada entre los astrofísicos sugiere que los FRB son causados por estrellas de neutrones, estrellas que se fusionan o agujeros negros, hay otra posibilidad: que sean causadas por vida extraterrestre inteligente.
Un estudio de Avi Loeb y Manasvi Lingam de la Universidad de Harvard, publicado en 2017, argumentó que los patrones podrían resultar plausiblemente de transmisores extraterrestres.
Llegaron a la conclusión de que sería físicamente posible construir un transmisor de este tipo, si tuviera un dispositivo de energía solar y enfriado por agua del doble del tamaño de la Tierra.
La hipótesis plantea algunas preguntas obvias. Los FRB provienen de todo el espacio, no solo de una región en particular.
¿Debemos suponer que estos extraterrestres son lo suficientemente sofisticados como para haberse extendido por muchas galaxias, pero que no hay signos de ellos aparte de estos estallidos de energía? ¿O que muchas civilizaciones se asentaron independientemente en el mismo extraño estilo de explosión de energía?
Deja una respuesta