Consecuencias psicológicas de la falta de libertad
Los humanos necesitamos relacionarnos, somos una especie que gracias a la interacción aprendemos, afianzamos nuestras relaciones que nos aportan afectividad, seguridad y confianza en nosotros mismos y en nuestro entorno.
¿Por qué las personas necesitamos socializar?
La sociedad que está compuesta por las personas que tenemos en nuestro alrededor, la familia, padres, profesores, amigos son claves para crear y afianzar nuestra identidad y personalidad. En este punto, cabe subrayar la necesidad innata que tenemos de salir a la calle, sin miedo, de interactuar con las personas de nuestro entorno, de sentirnos parte del grupo y compartir nuestras alegrías y penas.
Consecuencias emocionales de la falta de libertad
Debido a la situación de alarma Sanitaria Internacional que estamos padeciendo toda la población mundial, los habitantes empezamos a vivir en primera persona las consecuencias de la falta de libertad.
Las consecuencias emocionales que este hecho conlleva son:
Consecuencias emocionales en niños y adolescentes
El salir a la calle, la rutina del colegio… sirven entre otras cosas para gastar energía, relacionarse con los iguales y para llevar una rutina que les aporte estabilidad emocional. La falta de libertad, puede acarrear en estos casos, frustración, enfados e irritabilidad en general, pero se hace más evidente en este tipo de población, ya que, no tienen la misma capacidad de razonamiento que los adultos.
Consecuencias emocionales en adultos
Los sentimientos de rabia, ansiedad, soledad y tristeza son los más comunes estos días. Por lo que hace a los primeros días, es normal sentir un estado de shock. En este estado inicial, las personas no reaccionamos a lo que sucede, nos parece que es algo irreal y lejano. Sin embargo, con el paso de los días, la población adulta es cuando empieza a darse cuenta que la situación es real, por lo que es normal sentir rabia y tristeza.
Consecuencias emocionales en personas mayores
Este sector de la población es uno de las más vulnerables. Por una parte, muchos de ellos viven solos, por lo que aumenta el sentimiento de soledad. Por otra parte, el miedo a la enfermedad y a la muerte se les hace más palpable, ya que son ellos los que más están padeciéndolas consecuencias del Coronavirus.
Teniendo en cuenta que la situación de falta de libertad acarrea rabia, tristeza, ansiedad, frustración e incluso miedo, se está viendo un aumento en los casos de depresión.
El uso de la tecnología para no sentirnos solos
En muchos casos, nos hemos creído inmortales, capaces de saltarnos las leyes de la naturaleza, pero ahora, el coronavirus nos ha demostrado que la realidad es bien distinta. En esta tesitura, es importante realizar una introspección en nosotros mismos, observarnos y hacer un ejercicio de humildad.
El hecho de mantenernos en contacto, aunque sea de manera virtual, ayudará a relacionarnos con la gente que queremos y a darnos apoyo mutuo, porque esa es la única manera de salir airosos de esta situación.
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