Por Executive Intelligence Review:
Luego del tremendo aumento en el precio de los fertilizantes desde 2019, y en particular durante el transcurso de 2021, el mundo se encuentra al borde de una caída sustancial en la producción mundial de alimentos en 2022, en un momento en que la hambruna en masa ya golpeó a Afganistán, Yemen y otras seis naciones de África y en otras partes.
Si no se toman medidas drásticas para dar marcha atrás a este proceso ahora mismo, pueden sumarse este año a más de 100 millones de seres humanos a las filas de los que están en peligro de morir de hambre, que ya son más de 200 millones de personas según la última evaluación del Programa Mundial de Alimentos y su director David Beasley.
Las causas de estos estragos de hambre e inanición son principalmente un modelo económico fracasado que se debe sustituir; pero en Afganistán, las causas son perversamente geopolíticas y tenemos que acabar con ese castigo ya.
En cuanto al fracaso económico: El Índice de Precios de los Fertilizantes del Banco Mundial en el mundo, que en abril de 2020 era de 66,24 y en enero de 2021 había subido lenta pero constantemente a 82,96 para diciembre de 2021 había estallado en 208,01, se había más que triplicado en 20 meses. El aumento de 60% en solo los dos últimos meses de 2021 ha devastado en particular a los agricultores de todo el mundo.
Su situación es aún peor en el hemisferio norte, donde los fertilizantes (y pesticidas) para la siembra de primavera parecen totalmente inaccesibles. Un artículo en el diario Wall Street Journal del 21 de enero, titulado “El precio de los fertilizantes empuja el precio de los alimentos y las granjas quiebran”, informa que a pesar de que los precios de los alimentos en el mundo han subido al nivel más alto en diez años, es casi seguro que la rápida inflación en los alimentos seguirá en 2022 debido al pecio de los fertilizantes y a su asequibilidad.
Esto “exacerbaría el hambre, ya aguda en algunas partes del mundo”, destaca el informe.
La producción mundial de trigo se reducirá en 10 millones de toneladas en 2022, según la empresa francesa de análisis agrícola Gritel. El efecto sobre la producción de maíz será peor. Los costos de producción del maíz están aumentando entre el 15% el 20% en los principales productores, Estados Unidos y Ucrania.
En 2022 se prevé un menor rendimiento en muchos productos alimenticios y agrícolas en todo el mundo. En medio de las hambrunas ya generalizadas en 2020 y 2021, y la pérdida de trabajo agrícola informal en los países en desarrollo, podría haber una escasez mundial de alimentos en 2022.
Y según el Centro Internacional de Desarrollo de Fertilizantes, los precios excesivamente altos de los fertilizantes podrían provocar una reducción de la producción agrícola solo en África, que será “equivalente a las necesidades alimentarias de 100 millones de personas”.
Aunque este monumental aumento en el precio de los fertilizantes coincide con la fuerte subida de los precios del gas natural y se ve agravado por ella, es mucho mayor y está mucho más extendido y distribuido a nivel mundial, que las alzas en el precio del gas natural. Como insisten los productores de maíz en Estados Unidos, el aumento en el precio del gas no es la causa principal de la conmoción en los fertilizantes y de la pérdida de producción de alimentos.
De hecho, como aumentaron el uso y el precio de los fertilizantes en 2019, la Asociación Internacional de Fertilizantes pronosticó que la producción y el uso mundial caerían después de 2019, como ocurrió, en aproximadamente un 10% entre 2020 y 2021.
El enorme aumento de los precios de los fertilizantes después de 2019, vino acompañado de fuertes aumentos de precios en toda la gama de productos básicos para la industria y la agricultura; su causa fue la desenfrenada impresión de dinero por parte de los principales bancos centrales transatlánticos empezando a fines de 2019, así como el monopolio mundial de la producción por parte de unas pocas grandes empresas.
Cuatro monopolios controlan el 75% de la distribución de fertilizantes a base de nitrógeno: Nutrien Ltd. (con sede en Canadá), Yara (Noruega), CF Industries (Estados Unidos), y Mosaic (parte de Cargill, con sede en Estados Unidos). (themostimportantnews.com/archives/a-farming-insider-has-warned-me-that-the-coming-food-shortages-are-going-to-be-far-worse-than-we-are-being-told).
Afganistán es un caso especialmente terrible, en el que, cuando los países de la OTAN, encabezados por Estados Unidos, retiraron sus fuerzas militares tras 20 años de ocupación y una guerra destructiva, tomaron represalias contra el nuevo gobierno Talibán con recorte punitivo de la ayuda internacional y de las inversiones para el desarrollo, y el Departamento del Tesoro de Estados Unidos confiscó las reservas financieras de Afganistán.
Un funcionario alemán que acaba de regresar de Kabul, informó el 30 de enero a Tagesspiegel que 7 millones de niños se están muriendo de hambre en Afganistán; un millón de ellos, dijo, estarían en UCI de los hospitales si estuvieran en Europa.
La presidente del instituto Schiller, Helga Zepp-LaRouche dijo sobre la difícil situación de la población afgana, y la amenaza mundial para la producción de alimentos este año: “Esta es la mayor amenaza para la civilización, no las armas nucleares”.
Ella plantea, ahora con muchos otros, que se liberen los fondos afganos confiscados para restablecer la liquidez perdida en toda la economía afgana; y a puesto en marcha la Operación Avicena para convertir a la nación en un ejemplo para la cooperación en la construcción de un de un sistema moderno de atención médica y de salud pública en todos los países del mundo.
Para ello, Estados Unidos debe cooperar con Rusia, China e India en particular. Y debe acabar con sus mayores bancos con la Ley Glass-Steagall y acabar con los monopolios alimentarios.
Laroucheperu | Mentealternativa
Visto en: Trikooba News
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