Por Erick Sumoza / Ufo Spain
Uno de los problemas más grandes que la NASA se relaciona con una región de Sudamérica. Cuando sus satélites sobrevuelan ese lugar, se apagan de forma improvista al recibir una potente carga de radiación espacial…
Según creen, se debe a los efectos de la Anomalía del Atlántico Sur, una zona de Sudamérica donde el cinturón de radiación interno de Van Allen de la Tierra se acerca más a la superficie terrestre. Así lo dejó saber physucs-astronomy.
La radiación espacial de Sudamérica
La NASA explicó que cientos de satélites que se usan para todo tipo de actividad, desde la predicción de las condiciones del tiempo hasta los GPS y la televisión, de forma rutinaria, rozan los cinturones.
Así se exponen a las partículas energéticas que pueden dañar paneles solares y provocar cortocircuitos en aparatos electrónicos sensibles.
Es por ello que se han desarrollado vehículos fuertemente blindados para proteger a los astronautas de esta radiación.
La atmósfera bloquea la mayoría de las partículas de alta energía y no provocan problemas en la superficie. Sin embargo, hay suficientes en el espacio cercano a la Tierra para provocar fallas en sistemas electrónicos de naves espaciales.
La EEI tiene un escudo extra y el Telescopio Espacial Hubble apaga sus instrumentos científicos al pasar por dicha región de Sudamérica. Así lo explicó Patricia Oliva, científica de la Universidad Mayor.
Los Cinturones de Van Allen se originan por la colisión de las partículas cargadas de viento solar con el campo magnético terrestre.
La magnetosfera atrapa esas partículas de radiación y las mueve por la superficie. Pero algunas de dichas partículas cargadas, al moverse a alta velocidad, son peligrosas tanto para los humanos como para el equipamiento de naves espaciales.
Durante las tormentas geomagnéticas, cuando los cinturones están agrandados por la actividad solar, grandes cantidades de satélites pueden ser dañados. Esto podría en riesgo la tecnología que usamos en la vida diaria.
¿Qué son los Cinturones de Van Allen?
Los cinturones son totalmente invisibles al ojo humano, pero si pudiéramos verlos, serían como una dona gigantesca que rodea al planeta.
Estos campos recibieron el nombre de Cinturones de Van Allen en honor a James Van Allen, quien los descubrió.
Existen 2 cinturones, uno interior a una distancia de 1.000 a 5.000 kilómetros de la superficie terrestre. El otro exterior está entre 15.000 a 20.000 kilómetros de distancia. El interno es sumamente estable, pero el externo se hincha y encoge con el tiempo.
2 franjas de partículas que rodean la Tierra son llamadas cinturones de radiación. Esto es uno de los mayores aceleradores naturales del Sistema Solar, capaces de empujar partículas hasta un 99% de la velocidad de la luz.
La primera evidencia de los cinturones de radiación fue reportada en 1958, cuando Van Allen usó datos de un detector de rayos cósmicos en la primera misión de la NASA hecha con la nave espacial Explorer 1.
El cinturón de radiación interno se descubrió con datos del Explorer 1 que se puso en órbita en un misil Júpiter C desde Cabo Cañaveral, el 31 de enero de 1958.
El exterior se descubrió unos meses después del cinturón interior, usando datos de Explorer V y Pioneer 3, ambos lanzados en 1958.
Este misterio en Sudamérica continúa siendo imposible de resolver para los especialistas de las diferentes agencias espaciales. ¿Cómo evitar que los satélites dejen de funcionar?
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