Fuente: https://articulos.mercola.com/sitios/articulos/archivo/2021/06/20/el-miedo-como-arma-para-controlarlo.aspx

HISTORIA RESUMIDA
> En un libro que se acaba de publicar, los miembros del Scientific Pandemic Influenza Group on Behavior (SPI-B), un subcomité que asesora al Grupo Asesor Científico para Emergencias en el Reino Unido, admitieron que el gobierno está usando el miedo como estrategia para controlar y manipular a la población.

> El SPI-B, que promovió el uso de mensajes de miedo, ahora dice que fue poco ético, totalitario y un lamentable error.

> Además del bombardeo de malas noticias, que se manipulan de un sinfín de formas, también utilizan el miedo y la ansiedad en general como una estrategia para mantenerlo confundido.

> Otra de sus estrategias es dar recomendaciones contradictorias para mantenerlo psicológicamente vulnerable. La confusión, la incertidumbre y el miedo, pueden llevar a una persona a un estado en el que no piensa de manera racional, y una vez que se encuentra en este estado, se vuelve más fácil de manipular.

Los gobiernos de todo el mundo utilizan el miedo para controlar y manipular a sus ciudadanos. De hecho, hace poco lo admitieron de manera oficial los miembros del Scientific Pandemic Influenza Group on Behavior (SPI-B), un subcomité que asesora al Grupo Asesor Científico para Emergencias (SAGE) en el Reino Unido, al afirmar que en un principio promovieron los mensajes de miedo, pero que se trató de un lamentable error. El 14 de mayo de 2021, el portal The Telegraph informó:

“Los científicos de un comité que promovió el uso del miedo para controlar el comportamiento de las personas durante la pandemia de COVID admitieron que su trabajo fue ‘poco ético’ y ‘totalitario’. Además, los miembros del Scientific Pandemic Influenza Group on Behavior (SPI-B) expresaron su arrepentimiento por este tipo de tácticas en un nuevo libro que habla sobre el papel de la psicología en la respuesta del gobierno al COVID-19.

En marzo del año pasado, el SPI-B recomendó a los ministros incrementar ‘el nivel percibido de amenaza personal’ por el COVID-19, ya que ‘muchos aún no lo veían como una fuerte amenaza hacia su persona’.

Gavin Morgan, psicólogo del equipo, dijo: ‘Sin duda, utilizar el miedo como medio de control no es ético. El miedo es una estrategia del totalitarismo, no es una postura ética para ningún gobierno moderno. Soy una persona optimista por naturaleza, pero todo esto me hizo ver a las personas de una forma más pesimista’”.

La guerra psicológica es algo real
The Telegraph cita a varios de los miembros de SPI-B, quienes también aparecen en el libro que escribió Laura Dodswoeth y que se titula «A State of Fear: How the UK Government Weaponised Fear during the Covid-19 Pandemic»:

“Un científico de SPI-B le dijo a la Sra. Dodsworth: ‘En marzo [2020] el gobierno estaba muy preocupado por que las personas obedecieran las medidas que implementaron, ya que pensaban que no acatarían el confinamiento. Se habló sobre la necesidad de utilizar el miedo como estrategia para hacer que las personas acataran las medidas, por lo que decidieron que debían fomentar más miedo. La forma en que utilizamos el miedo es distópica.

Sin duda, utilizar el miedo como estrategia es algo éticamente cuestionable. Ha sido como un experimento muy extraño, pero al final, resultó contraproducente porque las personas se asustaron demasiado …

Uno de ellos incluso advirtió que ‘las personas se aprovechan de la pandemia para tomar el poder y hacer cosas que de otra manera no podrían hacer … Debemos tener mucho cuidado con el autoritarismo porque se está infiltrando poco a poco …’

Otro miembro del SPI-B dijo que estaban ‘atónitos por el uso de la psicología conductual como arma’ durante la pandemia y que ‘los psicólogos nunca supieron cuando dejó de ser un tema altruista y se convirtió en una estrategia para manipular. Tienen demasiado poder y se están volviendo locos’.

Steve Baker, vicepresidente del COVID Recovery Group of Tory MPs, dijo: ‘Si bien es cierto que el estado tomó la decisión de aterrorizar al público para lograr que acataran las normas, eso plantea preguntas muy serias sobre el tipo de sociedad en la que nos queremos convertir. Y honestamente, si me preguntaran: ¿si la política del gobierno actual raya en el totalitarismo? Mi respuesta sería: por supuesto que sí’”.

La estrategia del miedo
Durante casi un año y medio, los gobiernos de todo el mundo, con pocas excepciones, han bombardeado a sus ciudadanos con noticias aterradoras. Durante meses, no se podía encender la televisión sin ver una noticia sobre el impactante número de hospitalizaciones y muertes.

Incluso cuando quedó claro que los casos de muerte no eran tan altos como decían, los principales medios de comunicación se encargaron de publicar una y otra vez sobre el creciente número de «casos», sin poner esas cifras en contexto ni explicar que la gran mayoría eran falsos positivos.

A nadie le gusta que lo engañen y nadie quiere vivir bajo un estado constante de miedo. Tal vez deberíamos ser un poco más valientes y levantar la voz cada vez que no estemos de acuerdo con algo. ~ Laura Dodsworth
Pero se encargaron de silenciar y censurar toda la información que hubiera equilibrado las cosas, como las crecientes tasas de recuperación y cuántos de los llamados «casos» en realidad no lo eran, porque nunca presentaron un solo síntoma.

También se negaron a poner los datos en contexto, como revisar si el número de muertos en realidad difería de manera significativa con las cifras de años anteriores. Pero en cambio, cada caso nuevo se trató como una emergencia y un signo de una catastrófica fatalidad.

No se confunda: la contradicción es otra de sus tácticas de guerra
Además del bombardeo de malas noticias, que se manipulan de un sinfín de formas, también utilizan el miedo y la ansiedad en general como una estrategia para mantenerlo confundido. Según Dodsworth, dar recomendaciones contradictorias e instrucciones vagas es algo que hacen de forma intencional para mantenerlo psicológicamente vulnerable.

“Cuando se produce un estado de confusión, las personas se vuelven cada vez más dependiente de los mensajes, así que, en lugar de tomar sus propias decisiones, lo que hacen es esperar hasta que el Gobierno de las instrucciones”, dijo Dodsworth para una entrevista en el podcast Planet Normal el 20 de mayo de 2021.

Uno de los ejemplos que dio Dodsworth son las medidas pandémicas que implementaron durante la Navidad del 2020:

“Los festejos navideños empezaron y luego se interrumpieron, pero luego se retomaron y al final se cancelaron. Como puede ver se encargan de dar libertad para después quitarla, la vuelven a dar y la vuelven a quitar, es como una tortura”.

Pero eso no es todo. Como explicó el psiquiatra Peter Breggin, al combinar la confusión y la incertidumbre con el miedo, lo que hacen es llevar a las personas a un estado en el que ya no pueden pensar de manera racional, y una vez que se encuentran en este estado es más fácil manipularlas. Sin duda, llevar a la gente a un estado en el que ya no pueden utilizar la lógica y la razón es el objetivo final de todo este tipo de información contradictoria.

La fábrica del miedo
En su libro, Dodsworth menciona una serie de departamentos del gobierno británico que utilizan métodos de guerra psicológica en su interacción con el público. Además del SPI-B, también están los siguientes:

Equipo de Behavioural Insights, que se conoce como la «unidad de presión», un organismo gubernamental semiindependiente que aplica «conocimientos conductuales para informar las políticas, mejorar los servicios públicos y ofrecer resultados positivos para las personas y las comunidades». Este equipo también asesora a naciones extranjeras.
Research, Information and Communications Unit (RICU), que forma parte de la Oficina de Seguridad y Lucha contra el Terrorismo del Reino Unido, asesora a grupos de fachada disfrazados de organizaciones «comunitarias» públicas sobre cómo «influir en los pensamientos de las personas sin que nadie lo note».
Rapid Response Unit, se creó en el 2018 y opera a través de la Oficina del Gabinete Británico y de la oficina del Primer Ministro para «contrarrestar la información falsa y la desinformación». También trabajan con el National Security Communications Team durante las crisis para garantizar que la “información oficial” obtenga la mayor cobertura.
Counter Disinformation Cell, que forma parte del Ministerio de Cultura, Medios de Comunicación y Deporte del Reino Unido. Ambos monitorean las redes sociales y combaten las “noticias falsas” sobre la ciencia en general y el COVID-19 en particular. Las “noticias falsas” son cualquier cosa que contradiga las directrices de la Organización Mundial de la Salud.
Government Communications Headquarters (QCHQ), una organización de inteligencia y seguridad que proporciona información al gobierno y a las fuerzas armadas del Reino Unido. Según Dodsworth, el personal de QCHQ e incluso los miembros de la brigada número 77, forman parte de los llamados bots y trolls que se encargan de atacar todo tipo de mensajes contra las vacunas y el confinamiento que se publican en las redes sociales.
Según Dodsworth, existen muchas otras dependencias y, en su libro, afirma que hay al menos 10 departamentos gubernamentales en el Reino Unido que trabajan con «equipos de información conductual» para manipular al público.

La estrategia psicológica no es algo nuevo
Es importante destacar el hecho de que el gobierno no creó el departamento de psicología conductual a raíz de la pandemia, estas tácticas se han utilizado durante años para una infinidad de casos de relaciones públicas, y aunque la pandemia podría estar llegando a su fin, Dodsworth advierte que últimamente han contratado a muchos científicos conductuales:

“Es un campo que está creciendo bastante, siento que en este momento estamos dentro de un torbellino de información. En el pasado, los mismos científicos conductuales hacían llamadas para consultar al público sobre el uso de la psicología conductual, pero en la actualidad eso no sucedió, nadie nos consultó para preguntarnos si podían utilizar técnicas subconscientes para modificar nuestro pensamiento …

Espero firmemente que este libro [‘The State of Fear’] cree consciencia sobre el uso del miedo, no solo en la pandemia, sino también en la forma en que usamos la psicología conductual en general.

Y no es algo tan simple, porque, aunque nos esforcemos por acabar con este tipo de departamentos, el gobierno se las ingenia para crear otra dependencia con otro nombre, pero con el mismo objetivo. En pocas palabras, es la forma en la que el gobierno hace las cosas, con el miedo como su arma principal …

Estoy seguro de que a nadie le gusta que lo manipulen, a nadie le gusta que lo engañen y nadie quiere vivir bajo un estado constante de miedo. Tal vez deberíamos ser un poco más valientes y levantar la voz cada vez que algo no nos parezca».

El miedo es contagioso
Durante mucho tiempo, el miedo ha sido el arma principal de los tiranos. Es muy efectivo, en parte porque se transmite de persona a persona como un virus. Entre los animales, las respuestas de angustia emocional se transmiten a través de las feromonas que producen diversas secreciones corporales como el sudor y la saliva.

Cuando se encuentran con lo que se percibe como una amenaza grave, los animales con estructuras sociales fuertes, como las abejas y hormigas, liberarán feromonas como una señal de alarma, ese olor atrae a otros miembros de la colmena o colonia para que entre todos puedan enfrentar la amenaza.

Y tal parece que los humanos tienen una capacidad muy similar, cuando sienten miedo o estrés, producen señales químicas que generan un olor que, aunque es posible que no lo reconozcan de forma consiente, sí puede tener un impacto subconsciente, que también hará que otras personas sientan miedo o estrés.

Los seres humanos también tienden a imitar los sentimientos de quienes los rodean, y esta es otra forma en la que se pueden propagar las emociones a toda una comunidad o incluso a un país entero, ya sea para bien o para mal. Los psicólogos conductuales lo conocen como «contagio emocional» y funciona tanto con las emociones positivas como con las negativas.

Por ejemplo, si cuando conoce a alguien lo saludan con una sonrisa, lo más probable es que le devuelva la sonrisa, al imitar su expresión facial y comportamiento, pero si alguien lo mira con el ceño fruncido, es probable que de repente también se sienta enojado, incluso si no lo estaba y si no tiene ninguna razón subjetiva para sentirse así, excepto que alguien lo miró de la forma “equivocada”.

Sin embargo, aunque tanto las emociones positivas como las negativas son contagiosas, ciertas emociones se propagan más rápido y más fácil que otras. La investigación que se cita en el informe Nova encontró que las emociones de «alta excitación» como el asombro (emoción positiva de alta excitación) y la ira o la ansiedad (emoción negativa de alta excitación) son más «virales» que las emociones de baja excitación como la felicidad o la tristeza.

El informe Nova también señala que los investigadores analizan los datos de Twitter y de otras redes sociales para comprender mejor cómo se propagan las emociones y los tipos de mensajes que se propagan más rápido. Sin embargo, dejaron a un lado a los principales culpables: Google y Facebook, los cuales roban sus datos privados y los utilizan para manipular su comportamiento.

En el 2017, dijeron que esta información se estaba recopilando y utilizando para desarrollar formas de evitar los mensajes públicos que podrían incitar al pánico masivo, pero la pandemia de COVID-19 sugiere todo lo contrario. Está bastante claro que los expertos conductuales se han encargado de desarrollar formas de generar el máximo nivel de miedo, ansiedad y pánico.

¿Cómo evitar contagiarse de este tipo de emociones negativas?
Al final del informe, Nova cita una investigación que detalla tres formas efectivas de «protegerse» contra el contagio de emociones negativas:

Aléjese de la fuente de contagio: en el caso de la pandemia de miedo, eso podría implicar no leer o escuchar las noticias de los principales medios de comunicación que durante todo el año pasado demostraron que no tienen ni un poco de sensatez.
Proyecte sus propias emociones positivas hacia la fuente del contagio negativo: si habla con alguien que tiene miedo, es posible que acabe por «destruir» su optimismo y no al revés.
Exprese su opinión: si alguien está difundiendo «vibraciones negativas» sin saberlo, decírselo podría ayudarlo a darse cuenta de lo que está haciendo (Sin embargo, esto no funcionará si la fuente está propagando el miedo o la ansiedad de manera intencional).

La pandemia de pánico
Hace poco, Ivor Cummins, un ingeniero bioquímico que investiga las causas fundamentales de las enfermedades crónicas, compartió un tweet con un breve video que detalla la causa principal de la pandemia. ¿Por qué parece que todo el mundo está muerto de miedo?

Como lo explicó Cummins, los elevados niveles de miedo público son el resultado de un sistema de bucle de retroalimentación catastrófico en el que los impulsores políticos y los principales medios de comunicación fomentan el miedo entre el público, y el miedo público alimenta a los medios (porque el miedo vende) y presionan a los políticos para que hagan algo al respecto, lo que genera más mensajes de miedo. Y así da vueltas y vueltas, sin llegar a ningún lugar.

Sin embargo, en cierto punto, este motor del miedo comienza a perder fuerza, y para evitarlo y seguir en este pandemónium, se contrataron académicos con predicciones del fin del mundo para asustar a los políticos y seguir alimentando a los medios de comunicación.

Estos académicos ayudan a organizaciones antidemocráticas como la Organización Mundial de la Salud, el Foro Económico Mundial, las Naciones Unidas, el Fondo Monetario Internacional, la Fundación Bill y Melinda Gates y las Grandes Compañías Farmacéuticas (solo por nombrar algunas), que, a su vez, se encargan de financiar de forma pública o secreta, a todos estos profetas del fin del mundo.

Todas las organizaciones que menciona Cummins son parte de una élite tecnocrática que toman decisiones en nombre de todos, sin que nadie se los pidiera. Pero si lográramos ponerle un alto a todos estos autoproclamados salvadores del mundo, todo ese miedo comenzaría a desaparecer.

Pero la pregunta es ¿cómo? Robert F. Kennedy Jr. comparó nuestra situación actual con «una batalla apocalíptica», ya que nos enfrentamos a poderosas fuerzas antidemocráticas con recursos financieros ilimitados, influencia política y la capacidad de controlar el panorama global de las comunicaciones.

Nos enfrentamos a un plan globalista que, a la larga, su único objetivo es obtener todo el control al acabar con nuestros derechos humanos y los derechos de los países, mientras utilizan la “bioseguridad” como justificación para sus atroces acciones.

¿Qué es el “Gran Reinicio”?
Como lo explicó el periodista James Corbett en su Informe Corbett del 16 de octubre de 2020, el Gran Reinicio es un nuevo «contrato social» que vincula a cada persona a través de una identificación electrónica que incluye datos bancarios y registros médicos, así como una identificación de crédito social que registrará cada uno de sus pasos.

Se trata de deshacerse del capitalismo y la libre empresa para remplazarlos con el «desarrollo sostenible» y el «capitalismo de las partes interesadas», términos que ocultan sus nefastas intenciones contra la humanidad. Como se indica en el libro titulado “Technocracy: The Hard Road to World Order”:

“La Tecnocracia es el Desarrollo Sustentable, el cual ha tomado las medidas necesarias para ocultar su verdadera identidad, estrategia y propósito, pero una vez que lo comprende, nunca lo verá de otra manera. Una vez que se desenmascara esta estrategia, todo lo demás comienza a tener sentido».

La periodista Tessa Lena publicó en su blog: «The Great Reset for Dummies», un resumen del objetivo detrás del llamado a un «reinicio» global:

“La razón del Gran Reinicio es que, gracias a la tecnología, el planeta se ha vuelto más pequeño y el modelo económico de expansión está en quiebra, pero la clase alta quiere seguir manteniendo su posición económica, por lo que necesitan un milagro, además de un sistema preciso para gestionar lo que perciben como «recursos limitados».

Por lo tanto, quieren algo que proporcione un nuevo crecimiento de la nada, mientras que buscan apretar las medidas, un esfuerzo que comienza con la «modificación del comportamiento …» Por lo tanto, el objetivo del Gran Reinicio es reestructurar la economía mundial y las relaciones geopolíticas con base en dos supuestos:

El primero es que cada elemento de la naturaleza y cada forma de vida es parte del inventario global (administrado por el estado benevolente, que, a su vez, es propiedad de varias personas acaudaladas, a través de la tecnología).

Y segundo, que todo el inventario debe ser contabilizado, estar registrado en una base de datos central, ser legible por un escáner, identificarse fácilmente y ser administrado por una inteligencia artificial, por medio de las tecnologías más novedosas.

El objetivo es contar, administrar y controlar de manera eficiente todos los recursos, incluyendo las personas, a una escala y precisión inaudita, todo mientras los jefes siguen disfrutando de muchas áreas conservadas de naturaleza, libres de soberanos innecesarios”.

Estos nuevos “activos” también pueden convertirse en nuevos instrumentos financieros que luego pueden negociarse. Por ejemplo, en la India se está implementando la agricultura natural con cero presupuesto, un concepto muy nuevo de agricultura en el que los agricultores deben negociar la tasa de carbono del suelo en el mercado global. No obtendrán nada por los cultivos que desarrollen.

La pandemia ha sido una estrategia psicológica
El plan del Gran Reinicio incluye todas las áreas de la vida. Esta reforma afectará todo, desde el gobierno, la energía, las finanzas, la comida, medicina, bienes raíces, policía e incluso la manera en la que interactuamos con nuestros semejantes.

No hace falta decir que es difícil lograr el tipo de transformación radical de cada parte de la sociedad. Ninguna persona estaría de acuerdo con él si conociera los detalles de todo el plan. Entonces, para lograrlo, tuvieron que usar la manipulación psicológica, y el miedo es la herramienta más efectiva que existe.

El siguiente gráfico ilustra la importancia de generar miedo para implementar el gran reinicio con éxito.

La ingeniería social es importante para la tecnocracia

La tecnocracia es inherentemente una sociedad tecnológica dirigida por la ingeniería social. El miedo no es más que una herramienta de manipulación. El enfoque es otro. Cada vez que una persona no está de acuerdo, se le acusa de ser «anticiencia» y cualquier ciencia que entre en conflicto con el statu quo se declara «ciencia desacreditada».

La única ciencia que importa es la que los tecnócratas consideran cierto. Hemos visto esto durante esta pandemia, ya que las compañías tecnológicas han censurado y prohibido todo lo que vaya en contra de las opiniones de la OMS, que es solo otra parte de la máquina tecnocrática.

Si permitimos que continúe, el resultado será devastador. Debemos seguir presionando por la transparencia, la verdad, la libertad médica y personal, y claro, nuestro derecho a la privacidad.

Reconocer que el miedo que sentimos no es más que una estrategia que nos ayudará a liberarnos de él, y una vez que todos dejemos de creer en sus mentiras, el miedo y el pánico se irán para siempre.

Visto en: El Blog De Skiper

Deja una respuesta

Comentarios

No hay comentarios aún. ¿Por qué no comienzas el debate?

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *