Marilyn Rossner: “Lo que más tememos, la muerte, no existe”

Por Ufo Spain

Marilyn Rossner: La célebre médium canadiense, quien ha hecho sorprendentes predicciones, detalla lo que ocurre después de la muerte.

Hoy, entre los círculos esotéricos mundiales, Marilyn Rossner, profesora de educación especial en la Universidad de Vanner en Montreal, Canadá, y especialista en psicoterapia infantil y psicología de la conducta, es la médium más famosa del mundo y brinda conferencias en distintas partes del planeta, a pesar de las inevitables críticas de los escépticos que afirman que ella es un fraude.

Marilyn Rossner relata que, a los 9 años, descubrió que como médium, además de contactar espíritus, podía ver sucesos del futuro y cosas potencialmente peligrosas para las personas.

En 1977 Marilyn Rossner hizo uno de sus sus vaticinios más famosos, cuando predijo un accidente entre dos aviones en el aeropuerto “Los Rodeos” de las islas Canarias, donde fallecieron 583 personas.

Además, vaticinó el tsunami de Japón, los escándalos sexuales de la Iglesia Católica, la revolución árabe y la caída de siete regímenes políticos, entre otros hechos.

Se cuenta que el mismo cineasta Steven Spielberg, cuando ejerció de productor de la célebre película “Poltergeist” (1982), se basó en ella para el personaje de la vidente Tangina Barrons que aparece en la cinta.

A continuación, reproducimos una interesante entrevista con el diario La Vanguardia:

“La gente debe saber que lo que más teme, la muerte, no existe, sólo es un cambio”.

Eso es una cuestión de fe.
No para mí. Vivimos en un universo multidimensional. Hay diferentes planos de existencia con los que convivimos y yo puedo verlos.

¿Espíritus?
Sí. Nosotros somos espíritus encarnados, y cuando morimos perdemos el cuerpo, volvemos a lo que somos: energías más sutiles.

¿Hay aquí espíritus con nosotras?
Sí, siempre hay, de la misma manera que si se asoma a la ventana siempre verá a alguien. No es que los llamemos y hagamos que vengan, es que ya están aquí.

¿Desde cuándo lo sabe?
Pertenezco a una familia judía que fue exterminada en los campos nazis. Mis padres, pobres y analfabetos, jamás me hablaron de ello, pero un día, a mis seis años, mientras comíamos, empecé a describir a todos los parientes muertos que estaban allí con nosotros y que sólo yo podía ver.

¿Qué hicieron sus padres?
Me llevaron a un rabino: “Cuidadla bien -les dijo-, tiene un don”. A los 14 años tuve la visión de que una amiga moriría en una fecha concreta y se lo dije a mucha gente. Al cumplirse la profecía empezaron a tenerme miedo, fue entonces cuando me di cuenta de que no todo el mundo veía a los espíritus.

¿Sólo los escogidos pueden verlos?
Todos podemos percibirlos, especialmente de niños, cuando no tenemos prejuicios al respecto y cuando el miedo, no tanto a ellos como al qué dirán, no bloquea la comunicación.

Hábleme de ellos.
Venimos a la Tierra con guías espirituales que están con nosotros toda la vida, nos ayudan a comprender, a evolucionar. Y cuando morimos nos ayudan a abandonar el cuerpo y entrar en el mundo espiritual.


Pero antes de marcharnos permanecemos un tiempo en la Tierra porque queremos hacer saber a los seres queridos que estamos vivos. Y normalmente todos nos quedamos a ver nuestro funeral.

El último acto.
Es entonces cuando las personas sensibles perciben acontecimientos especiales que tienen que ver con esa persona fallecida: aquella canción, una voz en el oído, un sueño, pasos, ruidos, golpes, inspiraciones…

Todos solemos tener historias que contar al respecto.
Así es, pero las evitamos. En lugar de eso podemos aceptar que todos somos espíritus y que cuando muramos seguiremos siendo espíritus. Podemos aprender a experimentar el mundo espiritual y a sentir su influencia. ¿De dónde cree que vienen las intuiciones o las ideas revolucionarias?

De la experiencia personal o de captar y procesar la experiencia colectiva.
Si acepta que la muerte es sólo un cambio de estado, será mucho más feliz, y eso es lo que nuestros seres queridos intentan transmitirnos antes de retirarse a un lugar de descanso. La paz vendrá cuando la gente perciba, sienta y toque ese mundo espiritual.

¿Sabe cómo es ese lugar?
Sí, es un lugar muy activo en el que seguimos aprendiendo y evolucionando, y si es necesario volvemos a encarnarnos porque todos venimos con una misión que cumplir en la que podemos invertir varias vidas.

Si lo recordáramos sería más fácil.
Cada vez hay más gente que recuerda. Piense en las habilidades que tenía de pequeña, sus dones, eso le dará una idea de su misión. Pero en este momento una de las misiones más comunes es traer la paz.

¿Hay espíritus que mienten?
Sí, son almas perdidas. A las personas debilitadas por las adicciones esas almas se les adhieren. Lo semejante atrae a lo semejante.

Una ley universal y muy terrenal.
La gente que mata y destruye tendrá que enfrentarse a ello. Se queda cerca de la Tierra para ayudar y enmendar ese error.

Y dicen que elegimos dónde nacer.
Sí, en qué comunidad, qué padres. Y cada uno de nosotros tenemos lo que necesitamos para transitar por esta vida, y esos guías que nos ayudan, unos a comprender las cosas, otros a sanarnos.

¿Y por qué nos sentimos tan solos?
Nunca estamos solos, nadie nace solo, nadie muere solo.

¿Pues por qué no son más claros?
Es una vibración diferente, pero cada vez hay más gente que desde diversas disciplinas se acerca a ella, incluida la ciencia. Estamos en una encrucijada en la evolución de la conciencia, y eso significa cambio. Es un momento muy emocionante.

¿Qué es morir bien?
Lo mismo que vivir bien: no tener miedo a la muerte. No aferrarse. Todos venimos con un número de alientos contados, pero hay que entender que la vida es eterna y que cuando morimos nos reencontramos con todos nuestros seres queridos.

Todo lo que usted cuenta es muy naif.
Y muy real. Por desgracia lo negamos, y eso nos hace vivir fatal. Yo he trabajado con la madre Teresa, he sido reconocida por Juan Pablo II y recibida por el Dalái Lama. Todos han reconocido mi trabajo con los niños con minusvalías, pero sabían mi faceta de médium y nunca se la tomaron a broma.

¿Usted se lucra con este mensaje?
Yo lo cedo todo a las cinco organizaciones que atienden a niños con discapacidad física y mental con las que colaboro.

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