¿Vives dormido? ¿Somos Libres o nunca lo fuimos?

Foto: Pixabay

Por reflexiones de un galeno

El problema de la libertad y de la realidad se recogen en el Mito de la caverna de Platón.

En él, Sócrates nos cuenta que los humanos son esclavos que viven atados en una caverna contemplando un mundo irreal (sólo les dejan ver sombras de objetos proyectadas en una pared).

Sin embargo, uno de ellos saldrá de la prisión e irá al mundo exterior. Le dolerán los ojos, pero conseguirá adaptarse, aumentar sus conocimientos y observar la realidad (ahora percibe los objetos tal y como son).

Ahora bien, cuando vuelva a rescatar a sus amigos deberá tener cuidado, pues quizás quieran matarle: ninguno creerá que el mundo de la caverna no es “la realidad”, sino sólo un pálido reflejo, mientras que el mundo “real” (con sus colores, perspectivas, etc.) es mucho “más real”.

Los esclavos darán, lógicamente, más crédito a lo que desde siempre han llamado “realidad”, es decir, el reducido mundo de penumbras en el que siempre han vivido. El mito de la caverna expone la teoría platónica de las ideas, según la cual hay dos mundos. Uno es el mundo ilusorio o sensible (la caverna) donde está la mayoría de la humanidad.

El otro es el mundo real o inteligible (el exterior) a donde va el esclavo liberado que progresa en su educación.

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