Por Sputnik
Visto en: Sott.net
En medio del agravamiento de la crisis energética, los dirigentes europeos culpan a Rusia de todos los males de la recesión económica, sin tener en cuenta que ellos mismos impusieron fuertes sanciones a Moscú, incluso sobre los insumos energéticos de los que dependen en gran medida.
Sin reconocer la responsabilidad de su propio Gobierno en la crisis de Alemania y Europa, el ministro de Economía alemán, Robert Habeck, acusó recientemente a Rusia de «cerrar el grifo del gas», culpando a Moscú de las dificultades económicas de Alemania.
A raíz de esta declaración, el exvicecanciller de Austria Heinz-Christian Strache acusó al Gobierno alemán de mentir al pueblo ante la escasez de energía. «Tendrían que admitir que ellos mismos son responsables del resultado negativo de sus acciones», criticó.
Esa tendencia la explicó la profesora y coordinadora del curso de posgrado en proyectos internacionales del Instituto de Educación Continua de la Pontificia Universidad Católica de Minas Gerais y cónsul honoraria de Rusia en Belo Horizonte, Carolina Bernardes Enham, en una entrevista con Sputnik, destacando que fue esperada la retórica de culpar a Rusia, porque «siempre es mucho más fácil culpar a otro y externalizar los problemas».
«No es nada nuevo en el panorama político a lo largo de la historia y el desarrollo de los países, aunque sea un reflejo de las decisiones geopolíticas de esos países. Esto no es más que la consecuencia de tomar decisiones equivocadas. Es posible que esta declaración sea seguida por otros países europeos para justificar el caos que viven actualmente. No hay mejor palabra que caos», enfatizó.
¿Quién está interesado en desencadenar el conflicto?
Recordando el inicio del conflicto en la región de Donbás en 2014, precisó que entonces la situación ya era delicada y sensible. Europa, sin embargo, no dio la debida importancia al asunto, según Enham, pero Rusia siempre se mostraba preocupada y denunciaba este asunto ante el mundo, ya sea a través de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) o de los Acuerdos de Minsk, que establecían un alto el fuego de los bombardeos sobre Donbás, incumplidos por Ucrania.
De hecho, en la opinión de la experta, fue EEUU quien explotó la cuestión, que, independientemente del liderazgo presidencial, necesita estar ligada a algún tipo de conflicto, tanto por razones políticas de hegemonía como por razones económicas.
«Fue un hervidero de pólvora ante el que Europa hizo la vista gorda y fingió que no ocurría. De hecho, esperaban que Rusia pudiera resolver la situación con Ucrania directamente y sin mucha intervención exterior. El hecho es que sabíamos que eso no iba a ocurrir, desde el momento en que EEUU tenía un gran interés en que el conflicto se agravara en lugar de resolverse. Porque estamos hablando de una guerra por poderes», aseveró.
Tras la desastrosa salida de Afganistán, en las palabras de Enham, EEUU necesitaba reorganizarse de alguna manera porque siempre necesita estar en un conflicto en curso. Esto tiene que ver con «cuestiones económicas y con la fortísima industria bélica, que representa casi un tercio del PIB estadounidense».
La profesora considera que hubo una falta de lectura política a medio y largo plazo por parte del continente europeo, algo que le convirtió en rehén de una situación sin haberse preparado para ella. Al no prepararse y no comprender el ajedrez geopolítico que se estaba jugando y que la cuestión ucraniana no se resolvería por sí sola, Europa no supo medir la gravedad de lo que estaba a punto de suceder, señaló Enham.
«Tampoco hizo una previsión a medio y largo plazo de lo que podría ocurrir en la escena geopolítica. Para Rusia era estupendo que toda Europa dependiera de la generación de energía rusa porque suponía un beneficio político y económico muy positivo. Lo que hay detrás es que Europa dependía de la energía rusa y no lo vinculó a la cuestión geopolítica [de la región ucraniana]. Las dos cuestiones se explican y en este momento se hacen más evidentes», profundizó.
La analista también recordó que, debido al gran esfuerzo por intentar contener a China para que el equilibrio de poder se mantuviera de forma cómoda para Occidente, Rusia creció y se consolidó como una economía en ascenso, lo que acabó haciendo que Europa dependiera de la energía rusa. Eso, a su vez, «empezó a molestar a EEUU y a la economía occidental y a alterar este equilibrio que, hasta entonces, favorecía a EEUU».
«Así que cuando Rusia da su primer jaque mate [en la cuestión energética], molesta mucho. Nada de lo que vemos en las relaciones internacionales es de ayer, son consecuencias que se derivan de otros resultados a lo largo de la historia. Tenemos todo un contexto histórico en el que Rusia no es ‘bien vista’ por Occidente, y guarda un gran rencor por ello. (…) Siempre se truncó porque el miedo a esta fuerza, el miedo al país más grande del mundo y a su expansión territorial siempre habló mucho más alto que el lado de la asociación, el lado de la estrategia, el lado del desarrollo conjunto», analizó.
Para Enham, el intercambio de acusaciones entre Austria y Alemania sobre la cuestión de la crisis energética «muestra el nivel de desesperación en que se encuentran estos países». Según ella, es un intento de decir a su propia población que lo que está ocurriendo no se debe a una decisión equivocada de sus dirigentes, y lo utilizan como una forma de asumir la responsabilidad y echársela al otro.
Sin embargo, las protestas extendidas en varios países europeos indican que la población está tomando conciencia de que «están comprando una lucha que no debería ser suya», cree la experta.
«La factura energética perjudicará al consumidor final, al igual que la falta de energía. Europa está en una situación muy complicada, y para la población esto es grave, porque es ella quien sufre. Incluso en Polonia, que históricamente mantiene una relación difícil con Rusia, cientos de personas acudieron a protestar pidiendo la interrupción del apoyo a Ucrania. La población empieza a comprender que cuantas más armas se envíen a Ucrania, mayor será la escalada del conflicto. Porque si armas a una de las partes, provocas que el conflicto se extienda, y esto Rusia lo ha estado diciendo todo el tiempo. La población empieza a comprender que, de hecho, esta cuenta no cierra. Por eso se producen las protestas», reflexionó.
En la opinión de Enham, lo que estamos viendo hoy es un cambio en el orden mundial, una sacudida en el mundo con un sesgo histórico muy importante que es un claro resultado de los últimos siglos.
«Así, presenciamos una mezcla de razones históricas, sobre todo económicas y políticas, que dan lugar a esta superposición de hechos y acontecimientos que harán que el mundo ya no sea el mismo de hace 10 años, y los cambios se producirán a mayor velocidad [que en otros conflictos y en otros contextos mundiales diferentes], porque hoy todo es inmediato«, concluyó.
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