Por Marlene Lenthang y Colin Sheeley / NBC News
Traducido por el equipo de SOTT.net
Un terremoto de magnitud 3,8 se produjo el lunes por la mañana cerca de Buffalo, Nueva York, el más fuerte registrado en la zona en 40 años.
El seísmo se produjo a 1,24 millas al este-noreste de West Seneca, Nueva York, con una profundidad de 1,86 millas alrededor de las 6:15 de la mañana, según el Servicio Geológico de Estados Unidos.
El ejecutivo del condado de Erie, Mark Poloncarz, dijo que no se han recibido informes de daños hasta el momento en West Seneca, un suburbio de Buffalo que se encuentra cerca de la frontera entre EE.UU. y Canadá.
Agregó que habló con el Comisionado Adjunto del Departamento de Seguridad Nacional y Servicios de Emergencia del Condado de Erie, Gregory J. Butcher, quien dijo que un «sismo confirmado se sintió tan al norte como las Cataratas del Niágara y al sur hasta Orchard Park».
«Sentí como si un coche hubiera chocado contra mi casa en Buffalo. Salté de la cama», dijo Poloncarz.
Yaareb Altaweel, sismólogo del Centro Nacional de Información sobre Terremotos, dijo que los terremotos del noreste «ocurren todo el tiempo» y que los seísmos pueden sacudir cualquier lugar en cualquier momento.
Desde 1983, se han producido 24 seísmos de magnitud superior a 2,5 en la región de West Seneca, siendo el del lunes el mayor registrado hasta ahora en la zona.
Altaweel dijo que hubo otro terremoto de magnitud 3,8 que tuvo lugar en 1999 en el oeste de Nueva York.
«En una escala de terremotos, 3,8 no es tan grande. Pero la corteza de esa región es vieja. Es vieja y fría y la eficacia de la transferencia de las ondas sísmicas frente a las zonas sedimentarias, por eso la gente puede sentirlo más. Por eso los terremotos pueden sentirse incluso a 1,0 en algunos lugares», explicó Altaweel.
Altaweel dijo que un seísmo de magnitud 3,8 «no es un gran terremoto del que quepa esperar daños».
Las fracturas y fallas preexistentes pueden ser la causa de que los terremotos se produzcan tan al interior, explicó.
Altaweel dijo que esta sacudida no tiene nada de anormal.
«Yo diría que es muy normal. Hubo uno, de 2,6 en marzo de 2022. Hubo otro de 2 en 2020. Estos siguen ocurriendo en esta región a baja magnitud», explicó.
Al otro lado del mundo, un terremoto inicial de magnitud 7,8 en el sureste de Turquía fue seguido horas después por otro de magnitud 7,5 que sacudió edificios y dejó más de 2.200 muertos en el país y en la vecina Siria. Se espera que el número de víctimas aumente considerablemente a ambos lados de la frontera.
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