El fin de los tiempos no quiere decir que el mundo se acabe ni mucho menos, el fin de los tiempos quiere decir que vamos a vivir una gran purificación, y esa purificación ya comenzó, de hecho estos últimos tres años y medio están dentro de esa purificación.
Por Raúl Rodríguez
Hasta los más descreídos saben ya que el ambiente que ahora mismo se respira en todo el mundo es inquietante, muy inquietante. Da igual el país que toques, da igual el país que analices, da igual el país que visites, las cosas están muy revueltas en todas partes.
Hay signos evidentes de que una gran purificación viene de camino, de hecho esa purificación ya ha comenzado.
El fin de los tiempos no quiere decir que el mundo se acabe ni mucho menos, el fin de los tiempos quiere decir que vamos a vivir una gran purificación, y esa purificación ya comenzó, de hecho estos últimos tres años y medio están dentro de esa purificación.
¿Con qué disposición hemos de vivir lo que ya está viniendo? Que nunca ganen la batalla la desesperación y la angustia. El Maligno quiere angustiarnos, agitarnos, quiere quitarnos la paz, quiere sumirnos en la tristeza.
Para contrarrestar los ataques del Maligno, hemos de estar en gracia de Dios, confesar, comulgar y cumplir los mandamientos, hemos de consagrarnos al Corazón Inmaculado de María y al Sagrado Corazón de Jesús, y rezar a diario el Santo Rosario.
Hay algo inminente que viene de camino. La inminencia de ese momento es algo que solamente unos pocos sentimos. Inminente no quiere decir que tenga que ocurrir mañana mismo o la próxima semana, pero sí sabemos que como mucho en tres o cuatro años van a ocurrir cosas determinantes que van a cambiar por completo nuestra vida.
Esa inminencia no es para que estemos angustiados o para que tengamos miedo, la inminencia de los acontecimientos es para que nos convirtamos y para que aprovechemos el tiempo que nos queda, el mejor tiempo es el que pasamos orando, rezando. Sabemos que hay que poner pocas esperanzas en lo material, sabemos también que pocos anhelos podemos poner en los planes a largo plazo.
Pensamos que hay soluciones desde el punto de vista humano, pero no las hay. Algunos están obsesionados con las soluciones políticas, pero desde la política no vendrá ninguna solución.
Recordad esto: en un momento dado se va a acabar la información que ahora manejamos (no habrá internet), y solamente nos quedará la devoción, por eso necesitamos afianzarnos y enraizarnos en las herramientas que nos van a sostener cuando todo se vuelva oscuro y estrecho.
Si a lo lejos vemos que viene una tormenta, hemos de buscar un refugio seguro para cuando esa tormenta llegue. La tormenta está muy cerca, el refugio sabemos muy bien cual es.
Raúl Rodríguez News
Visto en: Ejército Remanente
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