Por RT
«No estamos cambiando las reglas del universo, sino estableciendo límites muy leves», declaró el alcalde, Giuseppe Sala.
Una amplia polémica se ha desatado en Milán, Italia, después que los medios dieran a conocer los pasos iniciales para la reglamentación de una nueva ordenanza dedicada al funcionamiento de establecimientos públicos en horas nocturnas. En particular, se habla de una posible prohibición de la venta y consumo de helados, pizzas y bebidas en las calles al pasar la medianoche.
De acuerdo con ese instrumento legal, publicado el 13 de abril, las autoridades locales tienen previsto limitar los horarios de venta de comida para llevar y de su consumo en terrazas de restaurantes. Tales actividades tendrían por hora tope las 01:30 los sábados y domingos y las 00:30 en días laborales.
La medida, que estará en vigor entre el 17 de mayo y el 4 de noviembre, busca «proteger la tranquilidad de los residentes y garantizar el uso por parte de todos del espacio público en algunas zonas» particularmente afectadas por la llamada ‘movida’, reza el comunicado del ayuntamiento milanés.
En establecimientos comerciales y círculos empresariales, la medida ha encontrado no pocos rechazos. Así, el presidente de la Federación Italiana de Entidades Públicas (FIPE), Luca Stoppani, opinó que tal paso no resuelve el problema, sino que crea otros adicionales. En detalle, alegó que esa restricción será inútil si no se llevan a cabo tres medidas: sancionar a los comercios que venden bebidas sin licencia, restringir la actividad de los vendedores ambulantes y reforzar el orden público.
Marco Barbieri, secretario general de la asociación Confcommercio Milano, consideró que la ordenanza significará que «después de medianoche ya no será posible vender un cucurucho de helado, ni siquiera una botella de agua para llevar». El dirigente gremial se refirió a una situación parecida ocurrida en 2013, cuando la prohibición de la venta de helados para llevar después de la medianoche se convirtió en un caso político, empujando al alcalde de entonces a levantar las restricciones.
«Le pediría a Barbieri que viniera unas horas a mi despacho, porque tengo cientos de quejas de ciudadanos que piden poder descansar mejor por la noche», respondió por su parte el alcalde, Giuseppe Sala. «No estamos cambiando las reglas del universo, sino estableciendo límites muy leves, así que seguiremos adelante», agregó.
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