Interferómetros del Experimento canadiense de mapeo de la intensidad de hidrógeno (CHIME, por sus siglas en ingles) que detectó las emisiones de SGR 1935+2154. Wikimedia Commons / Z22

Por RT

El pasado 8 de octubre volvieron a registrarse tres repeticiones sucesivas del fenómeno, que los astrónomos todavía logran explicar de manera exhaustiva.

Una red de radiotelescopios ha vuelto a registrar este octubre tres ráfagas rápidas de radio provenientes de la estrella muerta SGR 1935+2154.

Se trata de la primera fuente de esta clase de emisiones conocida dentro de nuestra galaxia, cuya primera señal fue detectada en abril pasado.

Las ráfagas duraron tres milisegundos en un lapso de aproximadamente tres segundos, detalló la astrónoma canadiense Deborah Good en un mensaje publicado en The Astronomer’s Telegram el 8 de octubre, día cuando se registró nuevamente el fenómeno.

Desde entonces no se ha producido ningún evento adicional que estuviera relacionado con el cuerpo celeste emisor, identificado hace varios meses como un magnetar.

La frecuencia y la intensidad de la nueva tanda de ondas era consistente con las detectadas previamente. En un comentario concedido al portal Science Alert, la investigadora se mostró optimista sobre esta nueva oportunidad para comprender mejor «la potencial relación entre los magnetares y las ráfagas rápidas de radio».

La mayoría de las fuentes registradas de esta clase de ráfagas parecen encenderse una sola vez sin repetirse. Estas suelen encontrarse tan lejos de nuestro planeta (en otras galaxias, algunas de ellas muy distantes) que los telescopios no son capaces de asociarlas a estrellas concretas.

Mientras, SGR 1935 + 2154 se sitúa a unos 30.000 años luz de distancia. Cuando su señal llegó a la Tierra el 28 de abril de 2020, los astrónomos compararon la potencia de la señal con su distancia y estimaron que la fuente no era tan potente como las ráfagas extragalácticas, pero el resto de sus características se ajustaban al mismo patrón.

Debido a que los científicos todavía están procesando los nuevos datos, es posible que algunas conclusiones iniciales cambien, dijo Good. «Aunque han sido menos brillantes que la detección de principios de este año, siguen siendo ráfagas muy brillantes que veríamos si fueran extragalácticas», señaló la astrónoma, agregando que estas son al mismo tiempo «similares y diferentes» a las de los eventos registrados en abril y otros más recientes.

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