Algunos padres están contentos de que las escuelas controlen la actividad informática de sus hijos y otros no. Es posible que algunos padres ni siquiera sepan que está sucediendo hasta que se «marca» la actividad de sus hijos…
El software de vigilancia académica monitorea los mensajes y tareas de los estudiantes en busca de pistas de que podrían estar contemplando el suicidio o la violencia.
Según una encuesta reciente del Centro para la Democracia y la Tecnología, alrededor del 80 por ciento de las escuelas K-12 (la designación utilizada en algunos sistemas educativos para la escolarización primaria y secundaria) ahora usan software que rastrea la actividad informática de los estudiantes.
Compañías como Gaggle y GoGuardian ofrecen a los maestros y administradores la capacidad de monitorear la actividad en línea de los estudiantes mientras están en cuentas o dispositivos escolares y marcarán las señales de advertencia de suicidio o violencia.
Esa misma encuesta encontró que la gran mayoría de los maestros y padres creen que los beneficios del software superan los riesgos y aproximadamente la mitad de los estudiantes se sienten cómodos siendo monitoreados.
La popularidad de los programas creció sustancialmente durante la pandemia, ya que la educación se hizo virtual y los estudiantes comenzaron a enfrentar graves problemas de salud mental. Gaggle informa que en el último año, la policía y las escuelas intervinieron en 1400 casos en los que la amenaza de suicidio era inminente después de que la empresa señalara mensajes o búsquedas preocupantes.
Aun así, algunos defensores de la privacidad están preocupados por la creciente vigilancia y cómo se almacenan y utilizan los datos.
El reportero Mark Keierleber cubrió el tema para The 74:
Cada una de las compañías ofrecen diferentes niveles de vigilancia remota de estudiantes. Gaggle, por ejemplo, analiza correos electrónicos, mensajes de chat y archivos digitales en las cuentas de Google y Microsoft emitidas por la escuela de los estudiantes. Otros servicios incluyen las cuentas de redes sociales de los estudiantes y el historial de navegación web, entre otras actividades.
Las herramientas pueden tener un mayor impacto en los estudiantes de bajos ingresos que dependen de la tecnología escolar para acceder a Internet que en aquellos que pueden pagar computadoras personales.
Elizabeth Laird, directora de equidad en tecnología cívica en el Centro para la Democracia y la Tecnología, dijo que su investigación «reveló una preocupante falta de transparencia» sobre cómo estas empresas de tecnología educativa rastrean a los estudiantes en línea y cómo las escuelas confían en sus herramientas.
Las universidades también ampliaron sus capacidades de monitoreo. Los programas de supervisión destinados a evitar trampas utilizan inteligencia artificial para tratar de identificar cuándo los ojos de un estudiante se apartan de la pantalla. Estos sistemas han provocado preocupaciones sobre la privacidad además de haber demostrado ser poco fiables.
Visto en: Trikooba News
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