Por Iván Martínez / Vm granmisterio

En 1971 Colin Robson de tan solo 11 años se encontraba apaciblemente disfrutando de su jardín cuando descubrió unas cabezas de piedra enterradas. Al tenerlas en casa acontecieron diversos fenómenos paranormales que fueron estudiados por varios expertos. Los objetos de origen celta portaban una maldición que acabó en el más absoluto misterio.

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