El 5G puede no ser completamente seguro; entonces, ¿por qué se descartan todas las preocupaciones en torno a él?

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Por Peter Andrews / RT

Traducido por el equipo de SOTT.net en español

Un eminente académico ha escrito un ensayo instando a los gobiernos a dejar de desplegar redes 5G basándose en el “principio de precaución”. Dado que Occidente detuvo al mundo por la Covid-19, ¿por qué se desestima cualquier duda en torno al 5G?

Un asombroso artículo, publicado en el Journal of Epidemiology & Community Health, afirma que no hay suficientes pruebas de que el 5G sea seguro, y que la única razón por la que, a pesar de ello, el despliegue se está llevando a cabo es porque hay mucho dinero que ganar.

Su autor es el profesor John William Frank, profesor de medicina basada en la evidencia de la Universidad de Edimburgo y miembro de la Royal Society.

Mis lectores habituales sabrán que me he desilusionado un poco con las calificaciones y las “letras después del nombre” de nuestros nuevos señores de la salud pública, pero sin embargo las credenciales del profesor Frank son impecables si eso es lo que le interesa.

Para una persona de esta talla en el campo de la salud pública, exigir que se detenga el 5G no es un asunto menor. Será interesante ver las repercusiones de su trabajo en los medios de comunicación.

Mejor prevenir que curar

El argumento del Profesor Frank es que la tecnología 5G debe ser detenida completamente (al menos temporalmente) en base al principio de precaución”. Él escribe que:

“una duda significativa sobre la seguridad de una nueva y potencialmente extendida exposición humana debería ser una razón para llamar a una moratoria sobre esa exposición, en espera de una adecuada investigación científica de sus presuntos ‘efectos adversos para la salud'”.

Describe cómo lo que hace que el 5G sea más rápido que las generaciones anteriores de redes inalámbricas (su ingrediente activo, si se prefiere) es algo llamado campos electromagnéticos de radiofrecuencia o CEM de RF. El ensayo cita una creciente cantidad de trabajo que sugiere que estos CEM de RF son perjudiciales para la salud humana.

Por ejemplo, en 2011 la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer encontró que los CEM son “posiblemente cancerígenos para los humanos”. Ninguna de las iteraciones anteriores (1G, 2G, 3G o 4G) los usaron, ni tampoco usaron frecuencias tan altas como las del 5G.

Hay muchos más hechos preocupantes sobre el 5G en su ensayo, pero el resultado final sigue siendo que simplemente no sabemos cuál será el impacto en la población en general. Las pruebas apropiadas simplemente no se han hecho todavía.

¿Cui bono?

Frank cree que deberíamos seguir el dinero para descubrir por qué el 5G sigue adelante sin los controles adecuados. 

Entonces, ¿quién se beneficia de un colosal despliegue del 5G? China está apostando fuerte por él, y antes del coronavirus (quiero decir, antes de que supiéramos de él) dijeron que planeaban construir 600.000 estaciones 5G este año, con un cuarto de ellas sólo en la provincia de Zhejiang.

Entonces, ¿es seguro el 5G o no? El argumento del profesor Frank es que la forma de averiguarlo no es bombardear a la mayoría de la población mundial con sus rayos y esperar que no se produzca una catástrofe.

Pero hay otras opiniones. Por ejemplo, Wikipedia, ese augusto árbitro de la verdad, dice que “el consenso científico es que la tecnología 5G es segura”, con muchas referencias agradables que lo respaldan.

Espero que el público empiece a escuchar más argumentos tanto a favor como en contra del 5G. Por mi parte, he visto muy poco debate sobre ello, a pesar del hecho de que su amplia difusión está avanzando a toda máquina.

Esto se debe a que las clases dominantes, como todos hemos descubierto en los últimos tiempos, no se preocupan mucho por los argumentos, la retórica o el debate. Su tendencia es utilizar el aparato de propaganda mejor financiado de todos los tiempos para acallar todo discurso alternativo.

Esto es lamentable, y esperemos que el razonado y apasionado alegato del profesor Frank a favor de la indecisión toque la fibra sensible de los corazones hasta ahora pétreos de quienes tengan que leerlo.

¿Pero por qué tengo la sensación de que de alguna manera “el principio de precaución” sólo se invoca cuando les conviene a los poderosos? Su reacción al coronavirus sugiere que creen que la seguridad es primordial, de hecho, es lo único importante.

Dicen que, incluso cuando la preservación de las vidas de los más viejos y vulnerables de la sociedad incurre en costos insondables para el resto del mundo, debe hacerse.

Bueno, es exactamente esa filosofía la que ha impulsado al Profesor Frank a hacer esta advertencia contra el 5G. Según sus propias normas, los gobiernos que han implementado confinamientos en nombre de la salud pública deben seguramente detener el paso al 5G en espera de la investigación de sus posibles efectos secundarios.

Hacerlo de otra manera daría un nuevo significado a la palabra hipocresía.

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