El enfrentamiento comercial entre las dos mayores economías del mundo, Estados Unidos y China, va más allá de una mera guerra comercial con aranceles, tarifas y sanciones del uno al otro. Lo que está en juego es el mercado mundial, la influencia sobre las economías del resto del planeta.
Así, lo que podemos ver es que según los datos del Observatorio de Complejidad Económica (OEC, por sus siglas en inglés), China le gana la partida a Estados Unidos de forma clara si valoramos cuál de los dos países exporta más bienes y servicios al resto del mundo.
Esto no implica que ninguno de los dos sea el principal socio comercial de ese tercer país, simplemente que, obviando al resto de socios comerciales, China supera a Estados Unidos o viceversa.Estos resultados tampoco son tan extraños. China va ganando esta carrera al ser sus costes de producción son mucho menores que los del país norteamericano, por lo que puede exportar productos a un coste inferior.
Esto es vital para acceder a los mercados de menor poder adquisitivo, como los países africanos, donde la diplomacia de Pekín le ha ganado el favor del continente.China ha mantenido desde hace años una política comercial muy fuerte.
De hecho, buena parte de su crecimiento económico durante el último cuarto de siglo se ha fundamentado en exportar grandes cantidades de bienes baratos made in China e inundar el mundo con ellos. Eso le ha permitido ganar importantes cuotas de mercado con precios muy competitivos.
Sin embargo, la realidad de Estados Unidos es la opuesta: desde hace medio siglo el país norteamericano tiene una balanza comercial negativa, lo que quiere decir que importa más de lo que exporta, y en líneas generales los bienes y servicios estadounidenses han tenido que competir siempre con dificultad contra otros países de alto valor agregado, como muchos europeos.
Además, el factor proximidad es importante, ya que reducir los costes de transporte también reduce el precio final de los productos. Estados Unidos solamente supera a China en los países de su entorno más próximo de América, algunos países de Europa con los que tiene vínculos estrechos, Israel y Catar.
El resultado de esta competición es que hoy China está mejor posicionada en muchos mercados. En Pekín han desarrollado grandes proyectos, como la Nueva Ruta de la Seda para ampliar su influencia en Eurasia, o el desembarco en África. En cambio, los norteamericanos han vivido un repliegue que ha reducido su ya menguante influencia económica.
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