Por Extranotix
Un meteoro que chocó contra la Tierra hace una década podría tener «miles de millones de años» y haber sido producido por «otra civilización alienígena», según un experto, tras realizar pruebas con fragmentos recuperados del Océano Pacífico.
Avi Loeb dijo que las pruebas realizadas con fragmentos recuperados del Océano Pacífico sugieren que su origen es extraterrestre. Podrían tener «miles de millones de años» y haber viajado a la Tierra desde el espacio interestelar fuera del Sistema Solar.
El profesor de astronomía de la prestigiosa Universidad de Harvard en EE.UU., número 2 del mundo, desmintió las afirmaciones de investigadores que no participaron en la misión de que podrían tratarse de cenizas de carbón producidas por el hombre.
Avi, de 61 años, dijo que los científicos en tres laboratorios separados habían analizado la composición de 850 pequeñas esferas metálicas y descubrieron que no se parecían a nada en la Tierra.
Hasta el 10% de los fragmentos contenían elementos «alienígenas» que no se ven en el Sistema Solar. Eran una nueva clase de composición elemental diferenciada llamada BeLaU. Su composición incluía berilio, lantano y uranio, que se encuentran en la Tierra, pero estaban dispuestos en patrones que no coinciden con las aleaciones de nuestro planeta.
«Lo que hicimos fue comparar los 55 elementos de la tabla periódica en las cenizas de carbón con los gránulos especiales que encontramos». «Y obviamente es muy diferente. Plantea la posibilidad de que haya sido un meteorito parecido a un viajero creado artificialmente por otra civilización».
Avi dijo que la composición química de los fragmentos era diferente a la de los meteoros familiares del Sistema Solar. «El patrón de abundancia no se parece a los materiales naturales de la Tierra, la Luna, Marte o los asteroides del Sistema Solar y presenta abundancias mejoradas de algunos elementos hasta en un factor de mil en relación con la composición inicial de los materiales del Sistema Solar».
«Lo interpretamos como procedente de fuera del Sistema Solar. Constituye el primer meteoro interestelar reconocido». Avi dijo que los nuevos hallazgos eran hechos y «no se basan en opiniones», y añadió: «Por supuesto, si no eres parte de este proceso científico y estás celoso de la atención que estás recibiendo, puedes generar muchas críticas».
Cuando se le preguntó cómo afrontó las críticas, respondió: «Mi piel ahora se ha convertido en titanio». Los sensores del gobierno de Estados Unidos detectaron IM1, similar a un meteorito, a través de la luz que emitió cuando se quemó en la atmósfera de la Tierra en 2014.
Soportó cuatro veces la presión que normalmente destruiría un meteoro de hierro-metal ordinario mientras se precipitaba hacia el planeta a 100.215 mph. Avi pasó años trabajando estrechamente con el ejército estadounidense para determinar el lugar exacto donde se estrelló.
Técnicamente conocido como CNEOS1 2014-01-08, el objeto tenía un diámetro de 1,5 pies, una masa de 1.014 libras y una velocidad previa al impacto de 37,3 millas por segundo. Su equipo recuperó fragmentos el año pasado frente a la costa de la isla Manus, Papúa Nueva Guinea.
Desde entonces, científicos independientes los han sometido a pruebas para intentar determinar su origen. Avi cree que las esferas podrían ser la primera prueba humana de la existencia de extraterrestres y ahora deberían construirse más observatorios para ampliar la investigación sobre lo que pasa cerca de la Tierra.
«La mejor manera de averiguarlo es hacer el trabajo científico de construir observatorios que monitoreen y verifiquen cuáles son estos objetos», dijo. «Y si son pájaros, aviones o globos chinos, que así sea. Entonces podremos seguir adelante. Pero tenemos que descubrirlo, es nuestro deber cívico como científicos».
«El universo es tan vasto y en lugar de seguir diciéndonos que no hay nada como nosotros deberíamos buscarlo. No les importamos porque sólo llevamos en la Tierra unos pocos millones de años. Probablemente iniciaron el viaje hace miles de millones de años.»
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