Por RT

Los productos para ahuyentar a los llamados zancudos ‘de la inundación’ han subido su costo hasta 170 %.

La invasión del mosquito aedes albifasciatus —que no es el responsable de la transmisión del dengue, pero causa grandes molestias en la población de Buenos Aires y otras ciudades argentinas— no ha podido ser combatida con suficiente vigor debido a que el precio de los repelentes para insectos aumentó hasta 170 % en el país suramericano.

El también conocido como ‘mosquito de la inundación‘ tiene alta resistencia y llega a las áreas metropolitanas tras precipitaciones, abundante humedad en el ambiente y las altas temperaturas de la época. Su presencia, además, limita las actividades al aire libre y pone a prueba el bolsillo de los argentinos.

Según un reporte de RT, los precios de los productos para protegerse de las molestas picaduras aumentaron hasta 170 % desde diciembre hasta el momento. Los incrementos se han observado principalmente en los aerosoles que produce una empresa multinacional estadounidense, que concentra cerca del 80 % de oferta.

En enero, en pleno verano argentino, hubo escasez de repelentes para ahuyentar al ‘zancudo de inundación’, que suele dispersarse de forma de nube en lugares al aire libre. Según los fabricantes, hacía falta un componente importado vital para su elaboración.

Por ello, han aparecido otras compañías químicas que producen repelentes de enorme efectividad y que cuestan mucho menos que las marcas más conocidas. Sin embargo, no tienen la suficiente penetración en el mercado para que la competencia sea equitativa.

Alta demanda, escasez y precios por las nubes

En Argentina, al menos cinco laboratorios provinciales, de un total de 24 jurisdicciones, fabrican su propia versión de este químico y lo distribuyen de forma gratuita en los centros de salud. Para obtenerlo, los consumidores deben hacer malabares.

Los habitantes de la capital se refieren a una «invasión» cuando hablan de la presencia del insecto «por todas partes». Un joven afirma que incluso cuando sale a correr, los zancudos se le pegan al cuerpo. «Hay un montón, es una gran diferencia con otros veranos», dice.

Otro entrevistado considera que es «bastante imposible» encontrar repelente «porque no hay en los supermercados y son carísimos«. Por ello, asevera, ha optado por el uso de espirales antimosquitos.

Un habitante más se refiere a la contracción situación económica y a las políticas neoliberales impulsadas desde la Casa Rosada, y dice que «como está todo desregulado, el Gobierno deja que se haga lo que quiera con los precios tanto de los alimentos como de los repelentes».

«Un repelente está en 5.000 pesos (unos seis dólares), y bueno, es una locura», agrega.

Otras epidemias

Está invasión de zancudos no es exclusiva de Argentina. En Brasil, país vecino, se registraron más de 700.000 casos de dengue. Hasta el 20 de febrero hubo 122 muertes, según el Ministerio de Salud.

Un total de siete de los 27 estados brasileños alcanzaron una situación alarmante y Río de Janeiro declaró una epidemia causada por el ‘aedes aegypti’, vector del dengue.

En el Distrito Federal de Brasilia hay una incidencia de casi 3.000 infectados por cada 100.000 habitantes, por ello, la Fuerza Aérea dispuso un hospital de campaña para atenuar la presión en el sistema sanitario.

Estos datos conviven con una suba de 15 % en los precios de los productos para ahuyentar mosquitos en los últimos dos meses.

Otro país afectado es Perú, donde el Ministerio de Salud confirmó más de 18.000 contagiados y 10 muertes relacionadas con esta enfermedad.

El incremento de los casos se justifica principalmente por el cambio climático en el continente, que ha atravesado intensas temperaturas y precipitaciones, que hicieron propicio el ambiente para la multiplicación del mosquito transmisor.

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