Vista de la Vía Láctea desde una zona del Parque Nacional Puyehue, Chile, el 8 de mayo de 2008. Ivan Alvarado / Reuters

Por RT

La zona molecular central de nuestra galaxia es una importante fuente de rayos cósmicos, pero al mismo parece impedir la llegada de partículas espaciales del exterior, según un estudio.

Expertos de la Academia China de las Ciencias detectaron una barrera antes desconocida en torno al centro de nuestra galaxia.

Los investigadores descubrieron que mientras la densidad de los rayos cósmicos es bastante regular en las áreas de alrededor del centro de la Vía Láctea, en la zona molecular central (CMZ, por sus siglas en inglés), la densidad baja drásticamenteinforma NewScientist.

«Si no existiese ninguna barrera, el mar de rayos cósmicos también debería estar presente en la zona molecular central», explicó el investigador principal del estudio, Xiaoyuan Huang, citado por el medio. «Sin embargo, los datos demuestran que es todo lo contrario y que debe existir alguna barrera«, agregó.

La zona molecular central es una importante fuente de rayos cósmicos. No obstante, la investigación apunta a que al mismo tiempo podría actuar como una barrera que impide la llegada de partículas espaciales del exterior.

La mayoría de los rayos cósmicos son partículas cargadas, lo que significa que un campo magnético bastante fuerte podría desviarlos.

«Es probable que en la CMZ existan campos magnéticos más fuertes que en el exterior, lo que podría impedir que los rayos cósmicos entren a la zona molecular central«, indicó Huang. «Además, el proceso puede ser afectado por los vientos solares causados por el agujero negro masivo Sagitario A*, que también ayuda a impedir que las partículas entren a la CMZ».

El fenómeno recién descubierto guarda ciertas similitudes con los protones presentes en supernovas y agujeros negros. Actualmente, numerosos científicos creen que el centro de la Vía Láctea consta de un agujero negro supermasivo, lo que podría explicar por qué esta barrera y los protones de las estrellas muertas tienen cualidades parecidas.

El estudio fue publicado la semana pasada en la revista Nature Communications.

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